Informe país Estado del medio ambiente en Chile: Comparación 1999-2015

123 AGUAS CONTINENTALES UNIVERSIDAD DE CHILE | 2016 2.1.2 Variabilidad y cambio climático No solo la cantidad total de precipitaciones que cae sobre una porción del territorio determina los volúmenes de agua disponible, sino que también lo hace la distribución intra e interanual de las mismas. Por ejemplo, la precipitación en la zona centro - sur de Chile está relacionada con los sistemas frontales provenientes del Océano Pacífico, los cuales son regulados por la dinámica anual del Anticiclón del Pacífico y la variabilidad interanual asociada a El Niño Oscilación del Sur (ENSO) (Aceituno 1988). Esta marcada influencia de fenómenos de variabilidad climática natural y cambio climático, fueron escasamente tratados en 1999 y sólo se trató como una preocupación del ámbito académico-científico y ambientalista, cuyos efectos podría tener consecuencias sobre los recursos hídricos en el largo plazo, particularmente su disponibilidad para diferentes usos. Dada la mayor disponibilidad de información, el incremento en las capacidades de análisis y los avances científicos publica- dos hasta el año 2015, el presente informe sí aborda brevemente los fenómenos conocidos comúnmente como El Niño-Os- cilación del Sur (ENSO), Oscilación Antártica (AAO-SAM), la Oscilación Decadal del Pacífico (PDO) y la denominada forzante climática antropogénica (FCA) (Boisier et al., 2016). Así mismo, los efectos de la variabilidad climática sobre los glaciares. 2.2.1.1 Disponibilidad de agua considerando variabilidad y cambio climático De un análisis exhaustivo de los patrones de caudal de 44 ríos en el centro y sur del país entre 34° y 45°S, Rubio-Álvarez y McPhee (2010) sugieren una relación entre los índices climáticos de la variabilidad natural y la variabilidad espacial de los caudales a diferentes escalas espaciales y temporales. En el área estudiada se advierten dos grandes zonas geográficas consideradas como homogéneas desde el punto de vista de la variación de disponibilidad de agua. Estas zonas incluyen, por el norte la gran cuenca del río Maule y por el sur las cuencas de los ríos Itata, Biobío, Imperial y Valdivia (38-40°S). En estas zonas existiría una correlación negativa entre los flujos de verano y la presencia de los fenómenos PDO, así como AAO. Esta correlación, observada con mayor fuerza después de 1990, puede interpretarse como un aumento en la variabi- lidad de los caudales y una disminución de ellos en invierno y verano, lo que es consistente con las tendencias a la dismi- nución de las precipitaciones observadas y la tendencia decreciente en el Índice de Oscilación del Sur (SOI). Los resultados antes descritos proporcionan, por primera vez, una visión completa de la variabilidad de recursos hídricos en grandes cuencas de una ecorregión, identificada en Chile como la más sensible a la variabilidad climática (CONAMA 2006). Sin embargo, las limitaciones en la longitud de los registros históricos y la alta variabilidad interanual de los cau- dales anuales y estacionales, podría afectar parte de la interpretación de los resultados (Rubio-Álvarez y McPhee, 2010). Por otra parte, utilizando técnicas de reconstrucción paleoclimática con anillos de árboles, se ha descrito una reducción de caudales asociada a un aumento del Modo Anular del Sur (SAM), tanto para el Río Puelo (41° S) como para el Río Maule (35°S) (Lara et al., 2008; Urrutia et al., 2011), lo que es coincidente con el análisis anterior. Así mismo, para los caudales de verano de la zona austral (Enero-Abril; 45,2% de la descarga anual) y en particular el río Backer, modelos de regresión muestran un patrón de disminución sostenida desde la década de 1980 que no tiene precedentes desde el año 1765 (Lara et al., 2015). El caudal de este río se correlacionó positivamente con precipitaciones de otoño o primavera, como un indicador de la acumulación de nieve, así como también las precipitaciones y temperaturas máximas se correlacionaron positivamente con los caudales de verano. La tendencia a la disminución de caudales de verano-otoño de este río, así como de la precipitación regional, podría ser explicada por el incremento del SAM, el cual ha sido reconocido como el principal forzante climático en América del Sur y causante de reducción de precipitaciones sobre la región (Lara et al., 2015; Villalba et al., 2012). Sumado a la variabilidad natural del clima descrito anteriormente, un tema que parecía lejano en 1999 es el denominado cambio climático, el cual hacia 2015 se ha transformado en un argumento recurrente en las distintas esferas de la activi-

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