Informe país Estado del medio ambiente en Chile: Comparación 1999-2015

109 AIRE UNIVERSIDAD DE CHILE | 2016 Actualmente, se puede reconocer que el diagnóstico estuvo muy cercano a la realidad: • Las normas de calidad de aire para los contaminantes criterio (MP10, SO2, CO, NO2 y O3) fueron establecidas entre los años 1998 y 2002. En el año 2011 se incluyó la norma para MP2.5. Han pasado más de 14 años y no se han revisado las primeras normas de calidad, tampoco se han establecido valores guías oficiales para otros contaminantes atmos- féricos los cuales son de importancia al presentar nuevos proyectos al servicio de evaluación de impacto ambiental. • En Santiago durante el periodo de altas concentraciones de material particulado (abril-agosto) se implementó un programa de gestión de episodios críticos que contempla un sistema de pronóstico de episodios y medidas que afec- tan directamente a la población (restricción vehicular, prohibición de quemas, recomendación para evitar ejercicio fí- sico, no usar estufas a leña, etc) lo cual ha generado el malestar en muchas personas especialmente cuando ha fallado el sistema de pronóstico, ya sea porque hubo un episodio no alertado o porque se pronosticó pero no se constató el episodio. Este modelo ha sido replicado en regiones durante los últimos años, especialmente desde Rancagua al Sur. • A pesar que las campañas de monitoreo de calidad de aire realizadas a fines de los 90s evidenciaron la ocurrencia de altas concentraciones, principalmente por material particulado en las ciudades del sur de Chile, la implementación de estaciones públicas orientadas a un monitoreo permanente o vigilancia de la calidad de aire en regiones fue muy tardía y con una baja cobertura en su inicio. En el año 2004 se instalaron estaciones, con apoyo la agencia COSUDE, en las ciudades de Viña del Mar, Rancagua y Temuco. En el 2008 la red se extiende hasta 12 ciudades incluyendo Rengo, San Fernando, Chillán, Concepción, Osorno, Valdivia y Coyhaique. Entre los años 2013 y 2016 se inició otra etapa de aumento de cobertura abarcando estaciones desde Arica hasta Punta Arenas. Actualmente, se cuenta con una red pú- blica de 54 estaciones. Considerando las estaciones públicas y privadas se estima más de 200 estaciones de calidad de aire en Chile, 198 de ellas están en el portal SINCA. • En general, el cumplimiento de las metas a cargo de los privados, enmarcadas en los planes de descontaminación, ha sido dentro de los plazos establecidos. En cambio, acorde al diagnóstico del año 1999, en muchas ocasiones el Estado no ha cumplido los compromisos. La tardía implementación y aumento de cobertura de la red de monitoreo es un ejemplo; y 4 años para implementar planes de descontaminación en las zonas saturadas es otra, más todos los problemas y atrasos debido a la modalidad de presupuestos anuales que maneja el Estado. • Todos los inviernos, luego de los episodios de alta contaminación aparecen los problemas respiratorios. Para el caso de Santiago, a pesar de la baja sostenida de las concentraciones cada año queda la sensación que hay un aumento de los niveles en función del aumento de afectados por enfermedades respiratorias. Se desconoce si existe en de- sarrollo un estudio de largo plazo de los efectos en salud de la contaminación atmosférica en los santiaguinos o en otra ciudad del país. • Durante los últimos años, la gran mayoría de los estudios en calidad de aire que encarga el estado están siendo publi- cados en el sitio web del MMA o en los portales de información (SINCA, SINIA). Además, 47 estaciones de la red pública tienen sus datos en línea en el sitio http://sinca.mma.gob.cl/. Se recomienda actualizar la información validada de las estaciones privadas ya que la mayoría tiene datos hasta el 2010. Es necesario diferenciar en el análisis, el país de norte a sur. Las megafuentes mineras y centrales termoeléctricas del norte presentan principalmente emisiones de material particu- lado (MP), dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOx). En el centro la actividad industrial, las fuentes móviles, las emisiones residenciales y centrales termoeléctricas son las principales fuentes de elevadas concentraciones de material particulado respirable en otoño-invierno y contaminantes fotoquímicos (ozono) durante meses de primavera-verano.

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