Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cap. III. Idea del globo terráqueo que éste señale en aquel preciso momento será la longitud de B, expresada en horas. En general, el adelanto de la hora sideral de A sobre la hora sideral de B será en cualquier momento dado la longitud de B. Es evidente que para las averiguaciones de las longitudes terrestres no es necesario reducir el tiempo solar al sideral. Porque generalmente, sabido el tiempo que gasta un astro en describir un círculo completo alrededor del eje celeste atra- vesando todos los meridianos de la esfera en ángulos rectos y moviéndose en toda su carrera con velocidad uniforme, si podemos averiguar el tiempo que ese astro ·gasta en describir el arco interceptado por los meridianos de A y B, podremos determinar la diferencia de longitudes entre A y B por medio de esta proporción: el tiempo consumido en el círculo es al tiempo consumido en el arco, como 360 es a la diferencia de longitudes expresada en grados, o como 24 es a la misma di- ferencia expresada en horas. Mídase pues el tiempo en horas siderales, o en horas solares medias, que son las que correspon- derían al movimiento uniforme del sol en la esfera celeste, el número de unas u otras que se gasta en describir el arco interceptado expresará inmediatamente la diferencia de lon- gitudes. Todo se reduce en realidad a saber en un momento dado la diferencia de tiempos locales, medidos por revoluciones uniformes alrededor del globo terrestre. Lo que importa es fijar el momento preciso de cualquier fenómeno celeste, re- ferido a los varios tiempos locales. El tránsito del equinoccio por cualquier meridiano celeste es un fenómeno como otro cualquiera, como, verbigracia, la ocultación de tal o cual estrella detrás del disco de la luna, o como un eclipse de sol o de luna o de un satélite de Júpiter, fenómenos de que hay tablas que con muchos años de anticipación anuncian el mo- mento prec;::iso en que suceden relativamente a un meridiano dado. Supongamos, pues, que un viajero colocado en B a una distancia cualquiera del meridiano de París, observa el momento preciso de la ocultación de una estrella en el tiempo 37

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