Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Apéndice las haya inmediatas o exista en ellas la vacuna. En el pri- mer caso, podrá hacerse cargo de las conducciones perió- dicas del fluido al vacunador del paraje más cercano donde le hubiere, teniendo presente esta consideración en la asig- nación que se le haga, y estableciendo que los habitantes de las poblaciones, a quienes resulte el beneficio sufran la parte respectiva de ella. Deberá asimismo tenerse presente el segundo caso, no sólo para graduar el trabajo de los va- cunadores, sino para que también contribuyan a su dota- ción todos los vecindarios beneficiados, distribuyéndose pro- porcionalmente esta carga, y dejándose a la prudencia de VSS. determinar las excepciones que resulten de las localida- des. Tampoco me parece inoportuno inculcar el principio de que no es absolutamente necesario se conserve la vacuna en todos los pueblos. Basta que no haya ninguno de ellos, que en caso de no poseerla constantemente, no esté cercano o poco distante de otros en que se halle establecida la prác- tica de la vacunación, y en que se conserve como en depó- sito el fluido bajo la custodia y responsabilidad de las Jun- tas y de los tenientes, para conducirle y administrarle a cuantos quieran gozar de su influencia preservadora. Una vez que las viruelas se hallen casi enteramente exterminadas de esta provincia, creo que la actividad y perpetuidad de la vacunación conviene principalmente en las poblaciones que han sufrido por algún tiempo aquel contagio, y donde mil causas podrían reproducirle, como igualmente en los puertos y costas, para evitar se nos introduzca por ellos, según ha sucedido recientemente en Cumaná. Los estragos sufridos poco tiempo hace en la N. Jersey por este azote del género humano, y la facilidad con que podría venirnos de los Estados Unidos, con quienes tenemos relaciones de co- mercio, justificarían todas las precauciones y medidas que en esta parte acordase la Junta. 697

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