Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Escritos varios las aguas hace creer al viajero que la tierra tiembla bajo sus pies; los visos móviles que coloran las espumas formadas en el abismo, y la altura del precipicio, causan una impre- sión profunda, que no he sentido junto a las cascadas más hermosas de los Alpes". Después visitó el monte de Sniatan, el más alto de la Noruega. "Las tierras cultivadas llegan en la montaña hasta la región de las nieves, y se puede decir que los paisanos labo- ran en los nublados. Debajo de los campos, hay como un cinto de tejas y de riscos. Al subir no podíamos ver por causa de la niebla la cumbre del Sniatan, donde quería- mos ascender. Subimos más arriba de los campos cultiva- dos, y llegamos a una garganta estrecha y solitaria, donde sólo se oía el trist-e y lamentable grito del chorlito dorado, único habitante de aquellas asperezas. Los matorrales eran más pequeños y raros conforme subíamos; al fin desapare- cieron, vimos solamente peñascos cubiertos de un musgo pálido. Llegamos al pie del pico, que parece una forta- leza accesible sólo por un lado; donde vimos un lago de agua helada. Nos admiramos de oir en aquel sepulcro de la naturaleza el canto de una alondra muy pequeña, que sólo vive en un invierno perpetuo y anida entre la nieve. "Li s dificultades se aumentaban a cada paso: la nieve crujía bajo nuestros pies, y algunas veces nos sumergíamos en ella hasta la cintura. Llegamos en fin a la cumbre, que tiene la fi gura de un gran cráter semicircular. Aunque esta montaña no es tan alta como el Monte Blanco, pues sólo tiene 7,500 pies de elevación, se sentía dificultad en res- pirar, y uno de nuestros compañeros se tendió, apenas lle- gó a la cumbre, desmayado del cansancio. Le hicimos vol- ver en sí, no sin dificultad; y se atribuyó su accidente al agua de nieve derretida que había tenido la imprudencia de beber". Los habitantes del país, aunque sus costumbres son sua- ves y patriarcales, son inclinados a la superstición y a la 632

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