Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Esta enfermedad, dice Bello, en unos apuntes inéditos que tengo a la vista, "se apareció en Italia en la primavera de 149 5, y en el mismo año se manifestó en París, Estras- burgo, Suiza y aun en Cracovia, según aseguran Guicciar- dini, Astruc, Stumpf y Curoeus. "En 1496, cundió por toda Alemania y los Países Ba- jos; por Escocia, en 1497; y por Inglaterra, en 1498". Todas estas fechas, comúnmente equivocadas, o no bien precisas, en las obras que tratan del asunto, se mencionan con la mayor exactitud en el apunte de Bello. Ese año de 1495, en que empezó tan espantoso azote, fue el mismo de la entrada de Carlos VIII de Francia en Nápoles (22 de febrero), de su salida de esta ciudad (20 de mayo), de la batalla que ganó en Fornovo contra los venecianos, los cuales intentaron cerrarle el paso ( 6 de julio) , y de la retirada a su reino. Aquella enfermedad era repugnante y monstruosa. Sólo podía compararse con la lepra, de la cual algunos pretendían que era una degeneración. Era además pegajosa. Desde el principio, hubo diversidad de pareceres sobre la comarca de donde había venido. Mientras los doctores le daban denominaciones latinas, como la de lues venerea, pudendagra, mentulagra, men- tagra, y otras; mientras la gente piadosa, para proporcio- narse amparo en el cielo, la ponía bajo el patronato de al- gún santo, llamándola mal de Job, mal de San Mevio, mal de San Semento, mal de San Evagrio, mal de San Roque, 577

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