Cosmografía y otros escritos de divulgación científica
Introducción a la física del Dr. Arnott yes de la naturaleza, y forman un verdadero aparato de fí- sica experimental; pero por éstos y otros medios no adqui- rimos más que conocimientos vaguísimos, y de ningún modo comparables con los que ahora se necesitan en la práctica de muchas artes. El estudio de la física es faci- lísimo sin duda alguna, y si es tan importante como vamos a demostrar, el descuidarlo no admite disculpa. El mayor caudal de conocimientos alcanzado con me- nos trabajo, es el que se adquiere con el estudio de unas pocas y sencillas verdades físicas. Para el hombre instruido de ellas muchos fenómenos que a los ignorantes parecen prodigios, no son más que bellas ilustraciones de sus cono- cimientos generales, adquisición que lleva a todas partes, no como un peso opresivo, sino como el apoyo que sostiene to- dos sus otros conocimientos, y la llave mágica que le abre nuevos tesoros. La ciencia, por su arreglada distribución, en vez de parecerse a un montón confuso de escombros, toma fa forma de un grandioso edificio de firme estructura y ele- gantes proporciones, que se consolida y hermosea cada día más *. Se ha creído infundadamente que las personas que poseen este conocimiento de las leyes generales, tienen de- masiado derramada su atención, y no pueden saber nada perfectamente. Al contrario, las nociones generales hacen más claras y precisas las otras. El hombre ignorante, por valernos de un símil grosero, lleva cada uno de sus conoci- mientos colgado de un gancho; el hombre de instrucción • Desde este punto hasta el fin del párrafo, Bello lo tradujo nuevamente para citarlo en el Discurso inaugural de lo Universidad de Chik, de 17 de setiembre de 1843. Dice: "Ha sido una preocupación e] creer que las personas instruid,~ así en las leyes generales tengan su atención dividida, y apenas les quede tiempo para aprender alguna cosa perfectamente. Lo contrario, sin embargo, es lo cierto; porque los conoci- mientos generales hacen más claros y precisos los conocimientos particulares. Los teo- remas de la filosofía son otras tantas llaves que nos dan entrada a los más deliciosos jardines que la imaginación puede figurarse; son una vara mágica que nos descubre la faz del universo y nos revela infin itos objetos que la ignorancia no ve. El hombre inst ruido en las leyes naturales está, por así decirlo, rodeado de seres conocidos y ami- gos, mient ras el hombre ignorante peregrina por una tierra extraña y hostil. El que por medio de las leyes generales puede leer en el libro de la naturaleza, encuentra en el universo una historia sublime que le habla de Dios, y ocupa dignamente su pensa- miento hasta el fin de sus dbs". (COMISIÓN EorroRA. CA!lACAS). 549
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