Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Expedición del capitán Wilkes cerro que a la sazón estaba desocupada. Aunque algo dis- tante para la subida, la circunstancia de estar en un paraje retirado del bullicio, me decidió a aceptar la oferta, y pasé a ella. «Deseoso de evitar toda innecesaria demora, no sólo por los retardos que habíamos ya experimentado, sino porque se acercaba la estación de los nortes, tomé todas las medidas posibles para proveer nuestras necesidades; y mediante la bondad y atención de nuestro cónsul el señor G. G. Hob- son, se efectuó este objeto en el más corto tiempo posible. Se tiene aquí bastante miedo a los nortes, aunque a mi juicio sin mucho fundamento. Uno de ellos, el último de los algo notables, lo había experimentado yo mismo en junio de 1822 (mandando un buque mercante): perdiéronse en él dieciocho embarcaciones. Pero de entonces acá se ha cuida- do de tener buenas anclas y cables; y lo que en aquella oca- sión fue una tormenta desastrosa, ahora apenas se. haría no- tar.No tengo a la bahía por tan peligrosa, como generalmen- te se dice. La gran dificultad del puerto consiste en su redu- cido espacio; y cuando sopla una ráfaga, el mar lleva con tanta fuerza a la playa, que los buques corren riesgo de en- contrarse uno con otro, y de hacerse más o menos daño. El puerto es demasiado estrecho para la comodidad del comer- cio que se hace en él. Se habla de varios planes de mejora, pero ninguno factible. La profundidad del agua opone un obstáculo casi insuperable a mejorarlo por medio de muelles. El espíritu de que está animado el gobierno, como los habi- tantes de Valparaíso, estoy seguro de que podrá llevar a efecto cualquier empresa practicable. «Según los mejores informes, estoy persuadido de que el fondeadero se va llenando por los materiales que acarrean las aguas de los cerros. Por poco que esto parezca, al cabo de dieciséis años la alteración era enteramente percepti- ble para mí; y los que han residido allí largo tiempo, me confirmaron el hecho. Se ha mudado la situación del fon- deadero; y la que antes pasaba por sumamente peligrosa, se 503

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