Cosmografía y otros escritos de divulgación científica
Naturaleza Americana dillera ofrece un anchuroso campo para esta operac1on. Sus dilatadas selvas, que se prolongan a centenares de leguas por lo interior del continente y dan en abundancia las ma- deras más útiles y exquisitas, apenas se conocen, si no es desde su orilla hasta la subida de los montes, y eso sólo para el corte de la que se destina a los muebles y utensilios domésticos más indispensabies. Pero aún no se ha penetrado en ellas, y no se tiene idea de la inagotable riqueza de pro- ducciones derramadas en el seno fecundo de estas soleda- des inmensas. Aun sin subir a los Andes, hay mil plantas de que se saca esta sal, como son las tunas y cardones ( cac- ti) que cubren las márgenes de todas las quebradas de tierra caliente. Lo mismo puede decirse de los desechos del maíz, y particuhrmente de la tusa 1, que reducida a ceniza, da gran cantidad de potasa, y de superior calidad a la de otros vegetales. Hemos hablado del nitro y del oropimente o arsénico mineralizado por el azufre. El plomo no abunda menos. La manganesa, que suele agregarse en pequeña dosis a la masa para destruir todo principio colorante, se conoce aquí bajo el nombre de negrillos; y se aumenta la dosis en las fábricas de vidrio para darle diferentes colores, en espe- cial el violeta. En cuanto a las sustancias vitrificables, en la cordillera de los Andes se hallan todas, y en un grado de pureza extraordinaria. En fin, por lo que hace al combus- tible, Cochabamba tiene un acopio que no podrá agotarse en siglos. El cultivo y comercio activo de la coca es lo único que ha inducido hasta ahora a sus indolentes morado- res a explorar los bosques vecinos, que son espesísimos, y renacen bajo la mano que los derriba. Puede decirse sin exageración que, en todo el espacio ocupado por los An- des, aún no se ha empezado a calar la espesura de las selvas para sacar provecho de ellas y del terreno, y que los des- montes hechos hast a ahora son casi nada respecto de lo que 1 Llámasc así la espiga o mazorca desgranad a; rachis, en la botánica ¡ y en vulgar castellano, ras:,a. (NOT/\ DE B ELLO) . 478
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