Cosmografía y otros escritos de divulgación científica
Naturaleza Americana es casi dos veces y media menor que el de Francia, mientras el de azúcar es tres veces mayor. TABACO El tabaco de la isla de Cuba tiene gran nombradía en todas las partes de Europa en que se acostumbra el fumar, que los europeos aprendieron de los indígenas de Haití, y fue introducido en el mundo antiguo hacia fines del siglo XVI o principios del XVII. Se creía generalmente que el cultivo del tabaco, desembarazado ya de las trabas de un monopolio odioso, llegaría a ser un objeto conside- rable de comercio, para La Habana. Los deseos benéficos que ha mostrado el gobierno de 6 años a esta parte, abolien- do la factoría de tabacos, no han producido en este ramo de industria las mejoras que parecía natural esperar. Los cultivadores carecen de capitales; el arrendamiento de las tierras ha encarecido excesivamente; y la predilección al café ha dañado al cultivo del tabaco. Según Raynal, escritor más exacto de lo que común- mente se piensa, la cantidad de tabaco que la isla de Cuba derramaba en los almacenes de la metrópoli, de 1748 a 1753, un año con otro, era de 75,000 arrobas. De 1789 a 1794, el producto de la isla había subido anualmente a 250,000 arrobas; pero de~de esta época hasta 1803, el enca- recimiento de las tierras, la preferencia dada al café y la caña, las vejaciones incómodas del estanco o monopolio real y las trabas del comercio exterior, redujeron la pro- ducció~ de este artículo a menos de la mitad. Créese, em- pero, que, de 1822 a 182 5, el tabaco producido en la isla ha sido otra vez de 300 a 400,000 arrobas. El consumo interior es de más de 200,000 arrobas. En buenos años, cuando la cosecha (producto de las anti- cipaciones hechas por la factoría a cultivadores de pocos medios) ~Jcanzaba a 350,000 arrobas de hojas, que, reba- 374
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