Cosmografía y otros escritos de divulgación científica
Naturaleza Americana mientos en los valles del Caroní y del Caura. En 1797, las nisiones del Caroní comprendían ya 16,600 indios reducidos a vivir pacíficamente en aldeas. Bajo el régimen de los ob- servantes, no había por aquella época, según listas igual- mente auténticas, más que 640, diferencia debida a lo exce- lente de los pastos del Caroní, a la mayor proximidad de las bocas del Orinoco por aquella parte, y al espíritu indus- trioso y mercantil de los misioneros de Cataluña. Mas hasta hoy no se ha fundado una sola aldea sobre las riberas del Ventuari y del Padamo, sin embargo de que ambos ofrecen proporciones para la agricultura y la cría de ganados, que en vano se buscaría en el valle del gran río a quien tributan. En estas regiones silvestres, donde en mucho tiempo no habrá niás caminos que los ríos, todos los proyectos de po- blación y civilización deben tener por base el conocimiento íntimo de su sistema hidráulico. Descendiendo el río, se halla la isla de Minisi, y (después de las embocaduras del Quejanuma, el Ubúa y el Masao) la misión de San Fernando de Atabapo en la confluencia de tres grandes ríos: el Orinoco, el Atabapo y el Guaviare. La misión está situada entre los dos primeros. El Atabapo es el mismo río que antes mencionamos con el nombre de Ata- cavi. Los que van a la Esmeralda, dejan el Orinoco en esta misión, suben el Atabapo, luego el Temi, sucesivamente el Tuamini, y de aquí, llevando la piragua en hombros sobre un istmo anegadizo de 6,000 toesas, llegan a las márgenes del caño Pimichin, donde el caminante se embarca de nuevo, entra en el Río Negro, y pasa por éste al Casiquiare y al alto Orinoco. Vase también, por el Atabapo y el istmo que icabamos de citar, a San Carlos de Río Negro, fortaleza ,ituada sobre los confines de las posesiones colombianas y brasileras. Pasando del Orinoco al Atabapo, todo se halla diferente: la constitución de la atmósfera, el color de las aguas y la forma de los árboles de la ribera. Los mosquitos no moles- tan durante el día, y los zancudos son raros por la noche; 340
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