Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Prólogo " 111 Cosmografi, fundadas en las conjunciones de los astros. Si esos príncipes -añade Poipcaré- no hubieran sido tan cándidos, quizás creeríamos todavía, como los hombres primitivos, que la Naturaleza obedece al capricho y estaríamos aún sumidos en la ignorancia. Pues, fue en efecto la Astronomía con sus leyes tan sencillas y tan precisas la que "dio al hombre un espíritu capaz de comprender la Naturaleza". Fue lo que expresó en otros términos Fontenelle en el siglo XVIII: "Aunque la Astronomía no fuera, como lo es, absolutamen- te necesaria para la geografía, para la navegación y aun para el culto divino, sería infinitamente digna de la curiosidad de todos los espíritus por el grande y soberbjo espectáculo .que ella les presenta ... Fueron los trabajos de los astrónomos los que nos dieron ojos y nos revelaron la prodigiosa magnifi- cencia de este mundo, habitado casi únicamente por ciegqs". Platón decía que los ojos le fueron dados al hombre para ad- mirar el cielo y Anaxágoras que sólo había nacido para con- templar los astros. Es también lo que dice Ovidio cuando expresa que, al levantar la frente del hombre "el Creador le ordenó mirar el cielo y contemplar los astros". No es pues extraño que a Bello como poeta y pensador le interesara el estudio de la Astronomía y se dedicara a ex- ponerla. Aún hoy su libro, con las correcciones y comple- mentos indicados, permite adquirir un conocimiento bas- tante completo de Jt Cosmografía. Bello muestra opnocimientos en Matemáticas elementa- les poco comunes en un literato. Si es poeta y escritor no- table, fue tambi6n amante y cultivador de la ciencia. Lo uno no excluye, evidentemente, lo otro, empero permite comprobar q1J.e Bello fue un intelectual completo y no so- lamente en la acepción restringida que se da a esta palabra en los p.aíses de la América llamada latina, la cual le con'"'. feriría_o,e ·:título sólo por haber sido poeta. M-.u:has veces~ leyendo libros tenidos generalmente por ~.'les, se ha'3rá sentido la inquietud que señala E~a de QIJeifoz en su admirable uA Correspondencia de Fradique XLI"

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