Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

.,urra.1,-. ~, - .. :, ~ e" ~ Fo,ioo i [t BIBLl :iGHAfiCü ~ Versiones de Humboldt ..., Y DOCUl.!ENTAL ; ~ ~ • 1 'r,'j,; ~v c1ones, as causas que las produjeron y los nombr~JYKD ~ caudillos de la ilustre casa de Citin, que sacaron los pue- blos septentrionales de las incógnitas regiones de Aztlán y Teocolhuacán, y los llevaron a las llanuras de Anahuac. La fundación de T enochtitlán o México, como la de Ro- ma, se pierde en los tiempos heroicos; porque en el siglo duodécimo es cuando los anales de los aztecas, como los de los chinos y tibetanos, empiezan a darnos una serie seguida de fiestas seculares, la genealogía de sus reyes, los tributos impuestos a los conquistados, las fundaciones de las ciu- dades, los fenómenos celestes y los más menudos sucesos que influyeron en el estado de aquellas sociedades nacientes. Pero aunque no hay tradiciones que indiquen una cone- xión directa entre las naciones de las dos Américas, su histo- ria no deja por eso de ofrecer muchas analogías en las revoluciones políticas y religiosas, que dieron origen a la civilización de los aztecas, los muiscas y los peruanos. Hom- bres barbados, de cutis menos oscuro que los naturales de Anahuac, Cundinamarca y el Cuzco, se presentan sin darnos indicio del lugar de su nacimiento; y con el título de sumos sacerdotes, legisladores, amigos de la paz y de las artes, produéen una mudanza repentina en la condición política de los pueblos, que los acogen con veneración. Quetzalcoatl, Bochica y Manco Cápac son los nombres sagrados de estos personajes misteriosos. Quetzalcoatl, vestido de negras ropas sacerdotales, viene de Pánuco, de las playas del golfo mexi- cano; Bochica, el Boudha de los muiscas, se presenta en la mesa de Bogotá, dejando las sabanas, que se extienden al este de las cordilleras. La historia de estos legisladores está entretejida de milagros, fábulas mitológicas y caracteres que parecen tener cierto sentido alegórico. Algunos literatos han pretendido descubrir que estos extranjeros eran euro- peos náufragos, o descendientes de aquellos escandinavos que en el undécimo siglo visitaron a Groenlandia, Terranova y tal vez Nueva Escocia; pero basta una ligera refle- xión sobre la época de las transmigraciones de los toltecas, 285

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=