Cosmografía y otros escritos de divulgación científica
Cap. XV. Dtl c11ltnlario añadirse 1O al número de la letra dominical del viejo estilo, y deducir los múltiplos de 7. El residuo será el número de la letra dominical, nuevo estilo. Por ejemplo, el ciclo de 1661 es 18, y su letra dominical, viejo estilo, F, cuyo número es 6, porque la sexta en el orden alfabético es la F. De 16 de- duzco los múltiplos de 7, y queda el residuo 2, que corres- ponde a B, letra dominical, nuevo estilo. Otro ejemplo: se pide la letra dominical de 1660. La del viejo estilo es A, G. A= l. 1 + 10 = 11. 11 partido por 7 deja el residuo 4 = D. G=7. 7 + 10 = 17. 17 pártido por 7 deja el residuo 3 = C. Letra dominical de 1660 (n.e.) D, C. El año de 1700 introdujo otra novedad en el ciclo. Como según el estilo antiguo debiera haber sido bisiesto y no lo fue, es preciso añadir 11 al número de la letra dominical de la tabla. ¿Se quiere saber la del año de 1714? Su ciclo es 15; letra dominical, antiguo estilo, C; añadiendo 11 a 3, saco 14; deducidos los múltiplos de 7, queda cero, que es como si quedara 7: la letra dominical, nuevo estilo, es G. El año de 1800 no fue tampoco bisiesto. Es necesario, por consiguiente, en este siglo añadir 12 a la letra dominical antigua. Así el año de 1845, cuya letra dominical es G, antiguo estilo, me da para la del nuevo 7 + 12, que hacen 19, y deducidos los múltiplos de 7, 5, número que corres- ponde a E. En efecto, el 5 de enero fue domingo, como el 12, 19, etc. En cada año secular que no sea bisiesto, es pre- ciso añadir una unidad más a la diferencia entre el antiguo y el nuevo estilo. Ya se deja ver que, sin embargo de que hacemos uso de la tabla del ciclo solar de 28, este ciclo desde la corrección gregoriana no existe, porque el orden en que los días de la semana se ajustan al mes no es uno mismo sino dentro de un mismo siglo, o dentro de dos a lo más. Los 28 años que 193
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