Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cap. XIII. De las estrellas 9 A priori era de esperar que llegasen a descubrirse movi- mientos de traslación entre tan grande multitud de cuer- pos, diseminados en el espacio; de manera que al cabo de cierto tiempo los viésemos variar de posición entre sí. Sus recíprocas atracciones, aunque sumamente debilitadas por la distancia y por las opuestas direcciones en que se ejercen, no pueden menos de producir efectos sensibles para noso- tros en una larga serie de siglos. Está probado que estos movimientos existen: el nombre de estrellas fijas, como di- ce Arago, es ya una mentira. Muchas de las dobles no sólo dan vueltas una en torno a otra, sino que ambas en com- pañía se trasladan a otra región del cielo. Así en el Cisne una estrella binaria, cuyos dos individuos se conservan entre sí a la distancia de 15", ha andado en 50 años 4'23". La estrella Mtt de Casiopea anda cada año cerca de 4". Varía pues la posición recíproca de las estrellas, aunque su marcha es lentísima. _¿No será verosímil que varios grupos de .estrellas for- men sistemas aparte, ligados por su recíproca gravitación; que las estrellas individuales que los componen, se mue- van en estupendos giros; y que, como los planetas circu- lan en torno al sol, el sol mismo, acompañado de todos los orbes sujetos a su dominio, gire a su vez alrededor de algún otro foco atractivo? Ya el viejo Herschel había pro- clamado desde 1805 que el sol con toda su comitiva corría apresuradamente hacia cierto punto de la constelación de Hércules. Indagaciones posteriores han confirmado plena- mente este aserto. Nuestra vía láctea no es una zona fija en el espacio, sino un ejército inmenso de cuerpos activos, móviles, que desenvuelven en el curso de los siglos los des- tinos estupendos que les ha señalado el Creador. Pero ¿cuál es el punto alrededor del cual gira el sol? El Dr. Maedle, director del observatorio de Dorpat, anunció el descubri- J 7 J

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