Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cap. XIII. De las estrellas cera magnitud en la cabeza del Cisne; perdióse de vista; dejóse ver otra vez; y al cabo de dos o tres fluctuaciones de luz, se apagó del todo, y no se le ha visto más. En fin, recorriendo antiguos catálogos, se echan de menos muchas estrellas. 7 Otro fenómeno curioso es que no pocas estrellas, exami- nadas con buenos telescopios, son dobles, y parecen tener una íntima relación entre sí. Cástor, por ejemplo, se com- pone de dos estrellas de entre tercera y cuarta magnitud, y éste es uno de muchos casos de la misma especie. Sir W. Herschel contó más de 500 estrellas dobles, y el profesor Struve quintuplicó este número, que es más y más grande cada día. Pero lo que sobre todo merece notarse es la in- fluencia mutua que tienen entre sí las estrellas que com- ponen estos grupos. De ellas las hay que circulan una en torno a otra, formando sistemas siderales sujetos a períodos determinados. La revolución de Cástor, por ejemplo, dura 334 años; la de Gamma de la Virgen, 708; y la de Gamma del León, 1200. El período de otras es mucho más corto; algunas de las observadas por Sir W. Herschel han reco- rrido ya la mayor parte de sus respectivas elipses, y a una de ellas (Eta de la Corona) se le ha visto hacer una revo- lución completa. El número de estrellas que forman sis- temas siderales reconocidos, era ya de 30 a 40, pocos años ha, cuando escribió su tratado <le astronomía Sir John Her- schel. Tenemos aquí, pues, no planetas que circulan al- rededor de un sol, sino pares de soles que giran en torno a un centro común de gravedad, obedientes a las leyes des- cifradas por el gran Newton. Ni sólo hay sistemas sidera1es binarios. Los hay triples, cuádruplos, quíntuplos y aún más complejos. De manera que los sistemas binarios deben mirarse como la más sencilla 169

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