Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cap. XI. De los cometas firmado) que el movimiento de los cometas obedece a las mismas leyes que el de los planetas primarios y secundarios, consistiendo todas las diferencias en la extravagante pro- longación de las curvas, en la diversidad de direcciones (mientras que los planetas se mueven generalmente de oc- cidente a oriente) ; y en la suma variedad de las inclinacio- nes de los planos de estas curvas al plano de la eclíptica. La parábola es el límite entre la elipse por una parte, que vuelve sobre sí misma, y la hipérbola, por otra, cuyas ramas divergen al infinito. El cometa que describe una elipse, por largo que sea el ·eje de ésta, no puede menos de haber visitado antes al sol, y de volver a visitarle en perío- dos determinados. Pero si su órbita es parabólica o hiper- bólica, cuando ha pasado una vez el perihelio se aleja de nosotros para siempre y se pierde en la inmensidad del es- pacio; a no ser que, atraído por otro gran luminar de los innumerables que pueblan el universo, se incorpore en otro sistema. Pocos cometas de los que han podido obser- varse describen órbitas hiperbólicas; los más se mueven en elipses, y pueden mirarse como miembros permanentes de nuestro sistema, a lo menos en cuanto las atracciones de otros cuerpos celestes no les hagan variar de rumbo. 4 Entre éstos, merece particular mención el cometa * de Halley, llamado así en memoria del célebre Edmundo Ha- lley, que, calculando su órbita a su paso por el perihelio el año de 1682, en que apareció con grande esplendor arras- trando una cola de 30 grados de largo, fue inducido l juz- gar que este cometa y los de 1531 y 1607, cuyos elementos había averiguado también, eran en realidad uno solo. Co- rno los intervalos de estas apariciones sucesivas eran de 75 y 76 años, Halley predijo su reaparecimiento para hacia el año de 1759. Este anuncio llamó la atención de todos los • La edición de 1848, dice "planeta" por "cometa". (CoM1S1ÓN EDITORA. (:.UACAS). 153

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