Cosmografía y otros escritos de divulgación científica
Cap. X. De la gravitación universal lunar y las variaciones de su inclinación al plano de la eclíp- tica son también consecuencias necesarias de la acción del sol, que solicita acercarla a la eclíptica. Efectos análogos se producen en todas las órbitas planetarias. Los movimientos de sus nodos, de sus perihelios, y las oscilaciones de los pla- nos de las órbitas, se deben a estas acciones recíprocas. La ley de la gravitación universal las explica y las mide. En la explicación de los movimientos de la luna, basta tomar en cuenta la mutua influencia del sol, de la luna y de la tierra. La de los otros astros puede desatenderse, o por- que su masa es demasiado pequeña, o porque su distancia es demasiado grande, para que produzcan efectos sensibles. En la teoría de la tierra, es necesario calcular las acciones com- binadas del sol, de la tierra, de la luna, de Venus, de Marte, de Júpiter y de Saturno. Urano por su distancia, y los otros planetas por sus pequeñas dimensiones, ejercen una influen- cia insensible. Los efectos de estas acciones mutuas son parti- cularmente notables en los movimientos de Júpiter y de Sa- turno, que por la grandeza de sus masas se atraen el uno al otro poderosamente, produciendo en cada órbita grandes perturbaciones seculares, cuyas leyes ha desenvuelto la aná- lisis. Por los efectos de la atracción de cada cuerpo ha sido posible calcular su masa o cantidad de materia: y determina- dos los volúmenes por las distancias y los diámetros aparen- tes, comparándolos con las masas, venimos en conocimiento de las densidades. 5 Débese también a la gravitación la redondez de los cuer- pos celestes. Ella es la que, combinándose con la fuerza cen- trífuga del movimiento de rotación, hincha el ecuador y comprime los polos. Ella es la que, en consecuencia de este achatamiento, produce el balance de estos cuerpos sobre su centro de gravedad. Tomemos la tierra por ejemplo. La 141
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