Cosmografía y otros escritos de divulgación científica

Cosmogra/ía mayor es el espacio que atraviesan antes de volver a la tie- rra. Si caen, es por el efecto combinado de la grávedad y de la resistencia del aire, que destruyen poco a poco el impulso; y a no ser por esa resistencia, un cuerpo lanzado con sufi- ciente fuerza desde la cumbre de un monte, pudiera dar una vuelta completa alrededor del globo. En este caso, conserva- ría su velocidad de proyección, y volviendo al punto de don- de había partido, comenzaría de nuevo su revolución, y la ejecutaría de la misma manera que la anterior. No caería pues nunca,· y seguiría girando perpetuamente como un sa- télite de la tierra. Siendo éste el caso de la luna, es natural pensar que su revolución sea producida por la combinación de la gravedad terrestre con un impulso primitivo; pensa- miento tanto más probable, que no vemos fal1ar la influencia de la gravedad en las cumbres de los montes, ni en las más altas ascensiones aerostáticas; y no hay razón para que no se extienda hasta la órbita de la luna. 2 Las mismas consideraciones pueden aplicarse a los otros satélites. Es verosímil que todos ellos pesen, graviten, hacia sus planetas primarios, como la luna hacia la tierra; y pre- sentando fenómenos análogos el movimiento de los planetas, es de cre,~r que éstos pesan del mismo modo hacia el sol, gi- rando alrededor del gran luminar como otros tantos satélites. Somos conducidos así a columbrar una causa general a.que se deben todos los movimientos celestes. Hasta aquí la gravitación universal no es más que una conjetura plausible. Pero recordemos lo que varias veces ha sido preciso anticipar. Cuando el gran Newton formuló 138

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