Los constituyentes de 1925
Seminm'io de Derecho Público esta violenta medida seria justamente rechazada por las cla · ses populares." . "Entretanto, ha llegado ~l momento ,de ~editar,. que la actual situación no podría continuar por mas tiempo, sin grave pP.rjuicio para la marcha del Gobier~o republicano." . . "· De qué habría servido organizar los poderes pubhcos, cnn c,~mpleta independencia unos de otros, si se lu, deja ex– puei;bs a los atropellos de una representación nacional mal Pn gendrada?" "¿ O se cree que los senadores y diputados, ilegalmente ele– gidos, gracias al irresistible influj? del oro, co_nsen~irán .en per– manecer tranquilos y satisfechos, sin tratar de influir, baJo todas las formas imaginables, en los actos del Gobierno?" "Por otra parte, ¿qué ventajas alcanzan las clases popu– lares con esta prostitución de su conciencia? Ninguna otra que dilatar indefinidamente la mísera situación del proletariado." "En consecuencia, nadie gana con la prolongac\ón de este estado de cosas, ni los privilegiados de la fortuna, ni los po– bres trabajadores, ni el Gobierno, ni los gobernados." "Si no se cambia el régimen electoral, a pesar de todas las reformas constitucionales, continuarán las estériles luchas del Parlamento, sucederán sin cesar los ministerio.e¡ a los ministe– rios, y períodicamente sobrevendrán crisis políticas y aterra– doras revueltas populares, sin que el país progrese, como ten– dria derecho a esperarlo." "La adopción del nuevo sistema de representaclón gremial o profesional, que después de la Guerra de 1914, domina en al– gunas nacione3 de Europa, arrancaría sin duda de nuestro sue– lo la planta venenosa del cohecho, y tendríamos asi Cámaras conscientes y libres, compuestas de ciudadanos interesados en realizar reformas sociales y económicas compatibles con nues– tros orígenes raciales y el desarrollo de nuestra vida pública." "Corresponde a los políticos de profesión, el estudio de los problemas que suscitará el establecimiento de la indicada re– forma y las medidas que deberían adoptarse para incorporar– la en forma práctica a las instituciones existentes; pero, ella ha llegado a ser de una necesidad tan apremiante, que no con– vendria demorarla por más tiempo." "De igual suerte, sería digno de un detenido examen el sistema de elección del Jefe del Estado. Esta designación a menudo se verifica en un mercado público, donde los votos se cotizan como si fueran valores de bolsa." "Por lo demás, no bastan las reformas políticas para que las clases populares ejerzan la influencia que les toca de dere– cho, en la dirección de los negocios públicos. Se necesitarán largos años antes de que adquieran la idoneidad indispensa– ble." )56 (
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