Los constituyentes de 1925

Los Constituyentes de 1925 teraria abrió un certámen sobre el tema "La ccndición del mé– rito es la lucha", en el que con el pseudónimo de Octavio, obtu– vo el primer premio, versando su trabajo sobre las vidas de San Agustín, Cristóbal Cilós, Bernardo de Palissy y William A. Prescott. Fué éste el primer paso que diera el señor Amunáte– gui en la senda de las letras, y ya i;e perfila en él al futuro his– toriador que señalará cada dato, sólo después de prolija inves– tigación, pesando cada juicio a la luz de un criterio sano y re– novador. De acuerdo con la división trazada por el señor Feliú. ano– taremos los libros que el señor Amunátegui ha dedicado a la enseñanza, aunque sin hacer un análisis de ellos, por cuanto no entra en la órbita de éste trabajo. Primeramente figura "Páginas Sueltas" (1889) , y ese mismo año pública "Los primeros años del Instituto Nacional" en que da a conocer la vida de ese plantel desde su fundación por Carrera en 1813, hasta 1835. La continuación dP este libro la tituló "El Instituto Nacional bajo los rectorados d~don Ma– nuel Montt. don Francisco Puente y don Antonio Varas", que abarca desde 1835 hasta 1845, o sea un decenio. En 1894 publicó "La Enseñanza del Estado" y al año si– guiente. "El sistema de Lancaster en Chile". que conjuntamen– te con el ensayo titulado "Don Manuel Montt y el sabio Bello", apareció en 1898, completan la primera fase de los trabajos que sobre la enseñanza ha reaJi.zado el señor Amunátegui. Entre sus obras históricas, debemos mencionar "Un solda– do de la Conquista de Chile" (1898), en que estudia la vida de Pedro Cortés Monroy ,la genealogía de sus descendientes y los orígenes del título de marqués de Piedra Blanca de Ruana. En 1901, y en cumplimiento del artículo 22 de la Ley de 9 de Enero de 1879, presenta a la Universidad de Chile el pri– mer tomo de su memoria histórica, que lleva por título "La so– ciedad chilena del siglo XVIII. Mayorazgos y tílulos de Casti– Jla". El segundo tomo de esta obra apareció en 1903 y el terce– ro y último en 1904. Este trabajo, unido al de la "Historia So– cial de Chile", publicado en 1932, pueden ser considerados, co– mo dice Feliú Cruz, las dos obras cumbres del señor Amunáte– gui en el campo de los estudios hist.órico-sociológicos. No podemos dejar de mencionar "Las Encomiendas de Chile" (1909), en que da a conocer los orígenes de la sociedad chilena. tal como se constituyó en los feudos agrícolas de la co– lonia. El segundo tomo de esta obra fué publicado en 1910. Además de los trabajos históricos mencionados, son varias las reseñas de índole biográfico-histórico del señor Amunáte– gui. Entre ellas tenemos: "Mora en Bolivia" (1897), "Don Juan José de Santa Cruz" (1897), "El primer Obispo de Chile" (1902), en que estudia la vida de Rodrigo Gonzále7.; y otros apuntes históricos, corno aquellos sobre don Francisco Solano ) 4 7 (

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