Los constituyentes de 1925
Seminario <le Derecho Público En cinco ocasiones ha desempeñado funciones de Ministro de Estado; dos veées en la cartera del Interior, una en la de Hacienda y en otras dos ocasiones en el Ministerio de Instruc– ción Pública, durante los gobiernos de don Juan Luis Safuen– tes y de do Arturo Alessandri Palma. En 1903; a raíz del fallecimiento de don Manuel Barros Borgoño, el señor Amunátegui desempeñó, en calidad de inte– rino, el cargo de Rector de la Universidad de Chile, el cual _ocu– paria después como titular durante tres periodos consecutivos. Por decreto expedido el 8 de Mayo de 1911, y habiendo si– do propuesto por el Cla.ustro Pleno Universitario, para ocupar la Rectoría de la Universidad de Chile, el señor Amunátegui desempeñó esta misión hasta el 22 de Diciembre de 1922. A él se deben importantes reformas de los estudios secun– darios, las que tuvieron por objeto aliviar al alumnado del ex– ceso de trabajos mentales, de los que ha sido fuerte adversa– rio, y es así como, al ocupar la presidencia del Congreso de En– señan.za Secundaria, celebrado en esta capital es 1912, pronun– ció un discurso en que de.ia de manifiesto su modo de pensar respecto de los antiguos planes de estudios escolares. Aunque en 1922 jubiló en la enseñanza, siguió dictando clases en el Instituto Nacional hasta 1925, cumplidos ya sus 65 años. En ese mismo plantel, su abuelo don José Dominr,o habla enseñado latín hacia más de un siglo. En 1928, se embarcó por vez segunda a Europa, siendo su deseo descansar, si bien no dejó de aprovechar este viaje para frecuentar centros de arte y erudición. Don Domingo Amunátegui ha sido miembro del partido li – beral durante muchos lustros y en él ha formado parte de la Junta Ejecutiva. El 24 de Agosto de 1939, con ocasión de celebrarse el cin– cuentenario de la fundación del Instituto Pedagógico de la Uni – versidad del Estado, don Guillermo Feliú Cruz, historiador y catedrático, Jey-0 un ensayo sobre la obra histórica del señor Amunátegui Solai-, el que fué impreso un año más tarde, cuan– do éste último cumplió ochenta años de edad. Dicho ensayo lleva por titulo "Caracterización de la obra histórica de don Do– mingo Amunátegui Solar". Dice el señor Feliú: "La obra del señor Amunátegui es vasta, en su plan. Se la " puede clasificar en tres órdenes o géneros de estudio : los que " se refieren, en primer término, a la historia de la enseñanza " nacional ; los que dicen relación, en seguida con la historia " de la evolución social de Chile; y aquellos'que constituyen " sus aportes personales a la investigación de la historia li– " teraria de nuestro desenvolvimiento intelectual. No seria " posible, además, negarle su titulo de biógrafo ni de crítico his– " tórico". Antes de cumplir diecisiete años, en 1876, la Academia Li- ) 46 (
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