Los constituyentes de 1925

Los Constituyentes de 19!5 sincracia. El sistema unitario sólo favorece el centralismo ab– surdo y la despreocupación por las provincias, donde se escon– den las verdaderas riquezas y las fuerzas laboriosas de la Na– ción." "Creo que en nuestro país debiera adoptarse un sistema basado en una feliz combinación de Régimen Federal con or– ganización gremial. No tenemos para qué transplantar sistema~ extranjeros. Debemos concretarnos a estudiar los problemas na– cionales en todos sus aspectos y adoptar aquel sistema que me– jor encuadre con nuestras necesidades. Ya es tiempo que nos demos cuenta de nuestra realidad y sepamos encauzarla por el sendero que nos conduzca a su ver9Ldera interpretación." "Los Ministros de E stado deben r evestir siempre un r.ar rácter técnico, y deben reunir para ello los conocimientos es– pecializados que digan relación con la cartera respectiva. Asi se garantiza su eficiencia y continuidad en el cargo, punto C3 te fundamental para el estudio y solución de las dificultades que se presentan en los diferentes Departamentos de Estado." "Actualmente, por excepción, es elegido un Ministro por el Presidente de la República. Sus nombramientos son impues– tos por las Juntas Ejecutivas d,e los partidos, satisfaciéndo-;;e así, un sinnúm,ero de intereses egoístas por intermedio de un personero sin capacidad suficiente, ni espíritu de cooperación para con el Primer l\'fandatario." "Lo saludable sería que los )linistros duraran en sus fun– ciones un período similar al de Presidente de la República, qu ·: yo reduciría a cinco años. También creo, por diversas conside– raciones, que los Senadores debieran ocupar sus sillones sólo por un período de 6 años. La Cámara joven con 4 está bastanr.:, bien. se entiendE. que, en Jo que a duración de su período se r e– fiere." "Los Ministros, antes de asumir sus funciones, debierJ.n via.iar por lo menos cuatro meses para imponerse personalmen– te de todas las necesidades propias de su despacho. Se entiende que dichas giras deberán quedar al margen del actual boato que se acostumbra, y que, sólo sirve para disfrazar las deficien– cias y hacer figurar necesidades que en realidad no salen del te– rreno de 'los caprichos." "Uno d,i los r,randes errores constitucionales fué reconocer en el artículo 25, la P.xistencia de los partidos políticos. Nues– tro grado de cultura aun no ha llegado al limite necesario para considerar un partido político como la "opinión pública orga.. nizada." "Si miramos la evolución institucional inglesa, veremos cómo las conquistas en el orden político, han ido sufriendo un proceso de elaboración lento y seguro, al compás de los triunfos intelectuales, económicos y sociales." "Nuestra Constitución, fuera de exigir pocos requisito.1. ) 205 (

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