Los constituyentes de 1925

Seminario de Derecho Público tos de organieación gremial tuvieran representación parlamE>n– taria, aprovechando las disposiciones de la Ley Electoral, en– tonces en vigencia, que establecia el derecho a pr€sentar candi– datos a diputados, a las entidades de carácter scoial y económi– co. En 1930 fué Diputado por Talca en representación de la Confederación Repúblicana de Acción Cívica, políticamente co– nocida por C. R. A. C. En el Congreso se destacó como pro– pulsor de la codificación de las leyes del trabajo y asistencia social, y fué coautor de la Ley que creó el Registro Nacional de Contadores. También fué miembro de la comisión le Educación Pública y de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cáma– ra de Diputados, durante los dos años que duró su función par– lamentaria. Este Congreso fué disuelto en 1932, y ese mismo año el Gobierno Provisorio que presidía don Carlos Dávila, lo relegó por tres meses a Puerto Montt. Posteriormente se ha dedicado a actividades comerciales y es miembro activo del partido Democrático, donde ha desempe– ñado y desempeña, importantes cargos directivos. II Don Manuel Jorquera fué designado miembro de la Cons– tituyente en representación de los obreros católicos de Chile, por la Confederación de Sindicatos Blancos, dejando testimo– nio de su pensamiento contrario al texto de la Constitución pre– sentada por la comisión, pues sin ser partidario de una consti– tución parlamentaria como la que se modificaba, solicitó aue se dejará un sistema en que el poder Eiecutivo y el Poder Legis laitivo tuvieran una estrecha relación en la Administiración del País. Con respecto, a sus opiniones, las actas dicen textualmen– te: "El Sr. Jorquera no habla en nombre de un partido político, " porque no lo representa, sino en nombre de muchos obreros " del país y voy a expresar en nombre de ellos mi sentir sobre " el punto que aquí se discute: adoptar el régimen presidencial " o el parlamentario." "En realidad -dice- ningunos de esos sistemas me satis– " face, pues, para los obreros, la verdadera representación de– " be ser gremial y no política. Sin embargo, dada la situación " porque atraviesa el país, conviene en que hay que transigir " y no pensar en la realización de todos los idE:ales. Si se tra– " ta de escoger entre el régimen Presidencial o el Parlamenta– " rio, me inclinó por este último, por estimar que dentro de él " está resguardada la democracia. Como demócrata cristiano, " no creo que sea posible dejar la suma del poder en manos de " un solo hombre. Mientras más representación se dé el pueblo, ) B8 (

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