Los constituyentes de 1925

Los Constituyentes de 1925 Su destacada actuación en diversos aspectos de la vida na– cional y su gran cultura influyeron en el señor Alessandri, pa– ra llamarlo a formar parte de ese grupo de hombres que re– dactaron nuestra actual Constitución Política. El señor Ed– wards no tuvo intervención en sus debates. En 1934 se mostró como gran conocedor de la educación técnica en la Segunda Confeerncia Internacional Americana de Educación. Se había visto precisado a estudiar los proble– mas de la educación técnica industrial cuando se hizo cargo de la Fundación Santa María. Es interesante su aspecto en cuanto a historiador y escri– tor. La oportunidad de conocer la historia de Chile la tuvo en Londres, donde se rodeó de libros hermosos que hablaban de su Patria. Se dedicó a investigar en los archivos ingleses a fin de comprobar las afirmaciones de los extranjeros que escribían sobre sus viajes a Chile. Se decide a escribir, pero, no quiere figurar como autor de volúmenes saturados de erudición, sino que, abandonando los ropajes de hombre de ciencia, desea ser gráfico, objetivo. Así, lo que escriba sobre Chile interesará tanto al hombre cul– to como al que lee sólo por distraerse. Empezó, pues, a publicar sus obras sobre cosas chilenas : "Mi tierra", "Gentes de antaño", "El alba". "Mi tierra", encierra una minuciosa descripción geográ– fica y económica de nuestro país y una interesante re!'.eña de su desarrollo intelectual y político. En "Gentes de antaño", pre– senta un estudio etnográfico sobre los indígenas chilenos; re– lata hechos de la conquista y de la colonización española. "El alba" se refiere a la época de la indepedencia, con sus guerras y los primeros gobiernos nacionales. Edwards los publicó en inglés, lo que ha servido para dar a conocer nuestro pais en Europa. "Cuatro presidentes de Chile", otra de sus obras, encie– rra la historia de los gobiernos de Bulnes, Montt, Pérez y Errá– zuriz Zañartú. En reconocimiento a sus sobresalientes servicios a la Na– ción, le nombraron Presidente de la Sociedad Chilena de His– toria y Geografía y Presidente de la Academia de la Historia, fundada en la Universidad Católica. Además, fué designado individuo de número en la Academia Chilena de la Lengua. Su discurso de incorporación se tituló "Bosquejo Panorámico de la prensa. chilena". Proyectaba seguir escribiendo mucho aún sobre Chile, cuando murió, en 1941. Se terminó así una vida de valor ines– timable para nuestro país, al que supo servir en todo momento co nla extraordinaria capacidad de su inteligencia y con el en– tusiasmo propio de su acendra.do patriotismo. ) 121 (

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