Heroísmo sin alegría
118 cente Huidobro, Pablo Neruda, Gabrlela Mistral, Winétt de Rokha. Los varones indefinidos con relación al hombre cós– mico; las mujeres más realizadas, más de– finitivas, verificando sus tipos totales con mayor intención de genio. Ahora, encima de la nacionalidad como país, como virtud de límite, José Miguel Carrera, el héroe, hombre de raza, hombre de alma, distin– guido, aventurero, valeroso, hombre de Chi– le, legítimo, hermoso, amado y popular, un aristócrata, como el ramo de orquídeas de la patria. ¿Y los presidentes y los gene– rales? A la historia, a la historia, a pasto– rear aventuras disecadas. Nosotros no vivimos del burgués situa– do, ni del heredero, ni del mandatario. Nosotros venimos todos, casi todos de las provincias, venimos, no de obreros, pero de gentes rurales y pobres y trabajamos para el pueblo porque lo sentimos más cerca, mucho más cerca, harto más cerca que el animal de la clase media, que es la clase media de la cual mamamos la primera le– che. Yo le tengo asco a ese mugriento que puja, llorando y sudando, en su silla de Vie– na; yo le tengo asco y odio; y lo desprecio, como .a la ramera que se hace la señora.
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