Heroísmo sin alegría

divinos, las bestias sa~radas del misti– cismo afirman que Dios ubicó en lo ínti– mo del hombre la figura definitiva de la realidad, afirman que la belleza es el re– trato a priori de las cosas y me ofrecen lo eterno desparramado en lo transitor io co– mo una gran presencia de hierro estable– cida en consorcios de arena; ¿ entónces?, entónces Juan Bautista, el italiano, aso– mado a las almenas de "Scienza nouova", embandera de señales incandescentes la i?,ran pregunta, y De Santis, Nietzsche, Berg– son, Croce, clarobscuramente Croce, aproxi– man el sentido de la belleza, el sentido conceptual de la belleza, la estética, presu– men-intuyen-establecen un axioma, el axio– ma escalonado :la belleza es el arte, lo creado, lo legislado, lo desvinculado del hombre y del mundo, del mundo y de~ hombre, derivando, resultando del funcionamiento integral del hombre y del mundo, como el embudo dual, de las trombas,, o el hijo, de la carne dura adentro de la carne fina, me– tiéndose, en aspecto de dominio. La inspiración existe, pero existe, no co– mo estado de alma transitorio: como si– tuación permanente y lamentable del ins– pirado ; la inspiración es lo adivinatorio

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