Heroísmo sin alegría
34 brio de dos términos contradictorios por contradicción y por contradicción abso– luta que produce risa de loco, risa de loco de resorte, ¡ay!, risa de loco de resor– te, y es el dominó del alma, desde los cúbicos negros que parecen álgebras de ébano clavadas con huesos de muertos, hasta Cézanne, Matisse, Chagall, Lipzchits, Bourdelle, Van Gog, Jean Gris, etc, hay una obscura, gran parábola situada por encima de las escuelas y las maneras, que en lo íntimo-íntegro esencial son ecos ente– ros de individuos dominantes, valerosos, dirigentes, son caminos autónomos, no códigos. Subsiste la otra historia, el arte del mora– lista, del peluquero, del masoquista, del socialista, del modernista, del onanista, y el de la prostituta evocadora y libidino– sa, el arte hediondo del hediondo funcio– nario que eructa versos y el arte del fo– tógrafo retórico de aquellos helad~s hos– picios que son los ateneos y las academias, pero eso no es más que estiércol de gui– tarras o de podencos, no es arte, nó, no es arte, y, ¿qué es?, estafa. Vicente Huidobro (1) me decía emociona– do, en 1925, que él prefería las breves pala- ~nre Huldobro, "<Arta t\ Pablo de .Rokba'', ºLa N:lt;f6niº.– SnntivQo de Chile 19J5,
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