Los primeros planes intercomunales metropolitanos de Chile

27 Los participantes en la primera etapa del Seminario del Gran Santiago recomendaron un abordaje integral por equipos de especialistas concurriendo desde sus diversas técnicas, con amplio espíritu y superando los límites de sus propias especialidades; también, la creación de organismos de investigación del planteamiento territorial y regional dando lugar a estudios que sirvieran de base a los proyectos de planificación intercomunal y comunal. Se sugirió crear un centro para graduados universitarios al servicio de la investigación y enseñanza en materias específicas de planeamiento; de igual forma, era imperativo contar con un organismo, ministerio o corporación, que realizara el planeamiento territorial en todas sus fases. Sería difícil aplicar los planes sin contar con una ley de expropiaciones, y con un “gobierno metropolitano”. Este último  inexistente hasta hoy  se venía proponiendo desde la época de Karl Brunner, quien pedía la figura de un “Alcalde Mayor”. Pero, por otra parte, junto con la centralización y coordinación que suponía el gobierno metropolitano, se solicitaba a fines de los años 1950, una mayor subdivisión administrativa con el fin de “acercar a los ciudadanos a la dirección de los asuntos locales y asegurar un tratamiento técnico de la ciudad mucho más acertado” (Urbina, 1957, p.46). Se pensaba que debería elaborarse un programa de descentralización económica y administrativa desde el nivel nacional. También sería necesario crear centros de distribución de abastecimiento, emplazados en función de las áreas de producción, de la vialidad regional y de la población consumidora. En materia de circulación un futuro proyecto para el Gran Santiago tendría que considerar tres relaciones fundamentales de tránsito: la ciudad con la región y el país, el centro comercial y administrativo con el resto de la ciudad, y las comunas periféricas entre sí. Para esta última Luis Muñoz ya había indicado un camino con su proposición de circunvalaciones en 1936, aunque la circunvalación mayor, “Américo Vespucio”, tenía sólo un corto tramo construido en Las Condes (hoy Vitacura y Las Condes) hacia 1953. Sin embargo, se había reservado los terrenos necesarios para ello en varios sectores y se esperaba poder continuar esta labor (U. de Chile, 1958, p. 32). Se insistió en la época en la necesidad de contar con un sistema jerarquizado de vías de acuerdo con el destino funcional: vías de alta velocidad; calles y avenidas de mediana velocidad (distribuidoras), y calles vecinales de velocidades mínimas. Esta jerarquía ya había sido indicada por Brunner en 1932, para su aplicación en un proyecto que debía referirse al Gran Santiago, y no sólo a su comuna central. De todo lo señalado anteriormente, y teniendo como telón de fondo los conceptos de Luis Muñoz y las leyes establecidas por él en 1953, se observa que la Planificación Urbana iba siendo asumida como una ciencia interdisciplinaria; que se hablaba ya del “Gran Santiago” como una Metrópolis, sobrepasando los límites comunales de los Planes Reguladores, y que se creaba un ambiente propicio para realizar las síntesis que requerían los planes de ordenamiento para Santiago 34 .

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=