Los primeros planes intercomunales metropolitanos de Chile

23 oficios religiosos rurales para las familias en automóviles, etc. La teoría del arquitecto F.L. Wright, Broadacre City, cada vivienda en un acre de terreno (4.000 m 2 ) y ligada a los verdaderos centros urbanos por el automóvil, comienza a avanzar en el campo experimental. ¿Debemos impedir o debemos facilitar esta tendencia? Se consideraba necesario, por otra parte, emprender un proceso de modernización agrícola pues faltaba mecanización y una explotación racional, lo que redundaba en altos costos, bajos salarios, bajos standard de vida, y como consecuencia de este estado de cosas: constante migración de campesinos hacia la ciudad y en especial hacia Santiago, en busca de trabajo y mejores condiciones de vida. Hacia fines de la década de 1950, alrededor de 5.000 industrias de las más variadas categorías y especies funcionaban en el área metropolitana ocupando alrededor de 250.000 personas. La zonificación de las industrias dentro de la ciudad se había producido en forma espontánea en gran parte, generándose zonas industriales mal ubicadas con respecto a la vialidad, y a la vivienda. Se suponía que una política racional de construcción de viviendas, de acuerdo a un plano regulador adecuado resolvería, en gran parte, los problemas del desplazamiento de los habitantes. En cuanto a salubridad, Santiago era una ciudad invadida por los humos y malos olores de la industria nociva, debido a que no se adoptaban medidas de protección y a que varias zonas industriales se encontraban mal ubicadas con respecto a los vientos dominantes (sur-poniente) que acarreaban las emanaciones precisamente hacia las zonas residenciales. Se consideraba urgente estudiar la ubicación de las industrias en la ciudad y también en el país, disponiendo para ellas redes de vialidad adecuadas y desvíos ferroviarios, teniendo en cuenta, además, todos los factores que incurren en la radicación y su ubicación con respecto a las viviendas (zonas de protección), etc. Para esto se precisaba conocer en detalle el catastro de las industrias existentes, rubros, valor de producción y maquinaria, valor de los edificios, procedencia de las materias primas, mano de obra ocupada, etc. Cabe destacar que la mayor parte de las industrias se encontraban ubicadas en edificios inadecuados y en lugares que habían adquirido un exagerado valor comercial. A raíz de ello, hacia 1958 se estaba produciendo en forma espontánea un movimiento de las industrias ubicadas en el centro de la ciudad hacia la periferia, pues allí se podía adquirir terrenos a bajo costo, construir edificios espaciosos y adecuados y estar mejor ligados a la vialidad regional por medio de caminos de tránsito rápido y pesado, y no por enmarañadas calles llenas de vehículos entorpeciendo el movimiento. El momento se consideraba oportuno para agilizar dicho proceso de relocalización. El fenómeno comercial metropolitano había tenido un desarrollo paralelo al industrial. El desarrollo del gran comercio, la banca, la bolsa, la importación, etc., había tendido a concentrarse en el centro (polígono de fundación de Santiago), por cuanto su interdependencia mutua así lo había exigido. Posteriormente, con el crecimiento urbano se produjo una cierta dinámica en algunas otras áreas de la ciudad, por lo que esas instituciones fueron abriendo sucursales en los núcleos locales de mayor importancia, como el caso del tramo Providencia del corredor oriente-poniente. El comercio menor de interés cotidiano iba formando pequeños subcentros, dándole a cada barrio la posibilidad de autoabastecerse. Sin embargo, se esperaba que la acción de planificación otorgara una mayor autosuficiencia a los barrios, a partir de los estudios de lo existente y lo necesario, evitando viajes cotidianos al centro. Sin duda, el ordenamiento del comercio presentaba una dificultad menor que en el caso de la agricultura y de la industria.

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