Los primeros planes intercomunales metropolitanos de Chile

138 aproximada de 10 habitantes por Há., de 170.000 habitantes. El total urbano y suburbano sumó 3.280.000 habitantes. Suponiéndose una restructuración de la zona central sobre la base de remodelación y reconstrucción, en todas las comunas, se estimó un incremento de la densidad en un 52 % lo que daría un valor de 220 Hab./Há. Luego, 21.600 Hás. (conteniendo el 20 % de oferta libre), permiten con dicha densidad, 4.752.000 habitantes, a los que se agregan los 170.000 habitantes del área suburbana, totalizando 4.922.000 habitantes. Se pudo concluir que, según estas estimaciones, la capacidad urbana y suburbana podría llegar a un número de 5.000.000 de habitantes en 1990. Sobre el espacio regional como un espacio de interés también paisajístico y disfrute colectivo. Finalmente, en lo referido específicamente al paisaje, Munford promueve tomar efectiva "posesión del paisaje regional" para reestructurarlo en su conjunto. Promueve la creación de espacios de recreación abiertos, fuera de las áreas urbanas (parques paisajísticos, reservas naturales, y otros), desplegados por toda la región. La nueva tarea del arquitecto paisajista debe consistir −señalaba− en estructurar el conjunto del paisaje de manera de integrar en él todos los elementos de un programa de recreación. Esto debe hacerse en la región sin perturbar las actividades económicas del campo (acceso público asociado a caminos turísticos, ciclovías, riveras de río, áreas de pic-nic , circuitos para visitas a granjas, etc.). En esta concepción no tiene cabida la realización de copias de "pueblitos", "aldeas" y otros al interior del área urbana. El paisaje regional se concibe como un parque colectivo, con elementos diversos y desconcentrados de animación y recreación, que eviten la concentración masiva en un solo punto. Se da consideración mayor a los aspectos cualitativos de los espacios libres más que a sus dimensiones brutas. Como ya vimos, esta concepción es explícita en el Plan de 1960 toda vez que despliega una gran diversidad de tipos de áreas verdes tanto en el área urbana como suburbana, y rural, aprovechando además, la naturaleza de la geografía de la región. Es claro también que −tal como Munford promueve− los planes de 1960 sobrepasan la sola función higiénica de los espacios públicos de recreación, para destacar también su función social. Señaló el Arqto. Juan Parrochia, siendo estudiante, en una de sus memorias del ciclo de titulación, en 1952 (Parrochia, 1952): "El hombre es sólo una parte - y no un artífice- de la naturaleza, y sus esfuerzos de siglos para desligarse de ella lo han llevado a la desgracia y hacia su estrangulamiento paulatino mediante sus propias obras. El ambiente natural para el cual ha sido creado el ser humano debe devolverle su felicidad y su naturalidad. Es imprescindible que se restaure la naturaleza en las ciudades - y en los campos- exponentes máximos del paisaje humano y artificial que las generaciones reciben como patrimonio obligado y que aceptan inconsciente y fatalmente, como si siempre hubiese sido así o debiese ser de esa manera. (...) la naturaleza debe ser el

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=