Los primeros planes intercomunales metropolitanos de Chile
113 y Colorado; los ríos Mapocho y Maipo, y el zanjón de la Aguada, tanto al occidente como al oriente―, o por accidentes artificiales, en base de equipamiento metropolitano ―el fundo La Laguna y el gran Centro de Abastecimiento Agrícola Occidental, el Aeropuerto Los Cerrillos, el Campus La Castrina de la Universidad de Chile―. La consideración del conjunto total del territorio llevó a la apreciación de la importancia de mantener y potenciar ciertos corredores ecológicos en el entorno de Santiago como se verá más adelante. En la planificación para Santiago analizada, se programó un sistema de satélites (residenciales, agrícolas, industriales y de recreación) distribuidos en la micro-región metropolitana, en radios de 15, 30 y 45 Km. de distancia del núcleo principal, con diversos grados de comunicación y autonomía relativa. Actualmente se observa que uno de los modelos de ordenamiento espacial urbano-regional apoyado por la mayoría de los urbanistas de la sostenibilidad es, precisamente, el de la desconcentración concentrada: se recobra la escala humana en núcleos urbanos de autonomía relativa, cercanos a la ciudad madre, disminuyéndose el consumo de energía por movimientos y transporte. El modelo aspira a la "región urbana" donde, en los intersticios de su multifocalidad, en el espacio "libre" que no significa vacío, ni intacto pueda aflorar la matriz, pero también ciertos tipos de uso: agrícola, forestal, hidrológico, etc., articulados entre sí (Pesci, 2002). Se asevera hoy que el sistema urbano no puede desligarse del sistema territorial global en el que se encuentra inmerso (Folch, 2003), y que no habrá solución del territorio urbano sin articulación integral urbano-rural (Pesci, 2003). Por otra parte, vemos que el Plano Intercomunal de Santiago fue trabajado a escala 1: 20.000 ―escala microterritorial/ecológica, entre 1:10.000 y 25.000 (Folch, 2003)―, en tanto que el Plano Microregional de Santiago fue trabajado a la escala 1:100.000 ―escala mesoterritorial/paisajística, entre 1:25.000 y 100.000 (Folch 2003). Señala Folch (2003), que cada ámbito escalar tiene asociado un tipo de fenómeno que se torna incomprensible contemplado desde demasiado cerca o desde demasiado lejos. Ambos proyectos consideraron además un arco temporal que alcanzó al año 2000, considerando una proyección de población de 6 millones de habitantes. Corresponde ello a las actuaciones territoriales, las que deben considerar arcos temporales largos, o muy largos (Folch, 2003).
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