El derecho a la ciudad y la vivienda : Propuestas y desafíos de la realidad actual: XIII Encuentro ULACAV; V Jornada internacional de vivienda social
acercarse al abordaje de los problemas locales. Si la PCT en nuestro país es demasiado débil, entonces es imprescindible ponerla en cuestión. Si hay algo que es débil en nuestra sociedad es el contrato entre la investigación científico tecnológica y la sociedad misma. La pregunta es: ¿Porqué las Políticas Científico Tecnológicas (PCT) no interactúan con las Políticas de Inclusión Social (PIS)? El modelo de gestión y participación interactoral que se pretende formular en este trabajo, a partir de los proyectos en ejecución que se presentan a continuación, intenta responder justamente a estos interrogantes. Este modelo se quiere constituir en una respuesta a la demanda de productividad redistributiva, de génesis local, con innovación tecnológica direccionada por necesidades reales y para beneficio de la sociedad en su conjunto, para alcanzar la materialización de un derecho a la ciudad reconocido en el uso y la toma de decisiones de este espacio construido colectivamente. La articulación interactoral e intersectorial se presenta como indispensable en la elaboración del modelo, esto significa que los distintos actores sociales deban intervenir activamente en la construcción conceptual y de conocimiento para atender las demandas sociales. Los filósofos Schelling y Holder/in destacaban la necesidad de devenir a la razón ilustrada en mitología, resignificarfa y reconvertirla en relato como forma de vincularse con el pueblo, de hacerla llegar a la mayor cantidad de personas y luchar para evitar que sea guardada con recelo por un reducido grupo de entendidos. Acaso en Ciencia no se trate más que de eso: divulgar/a, regarla generosamente por el mundo, redimirla. Recuperar lo que ella es desde sus más entrañables orígenes: cuento, ficción, relato, juego, en fin, cultura. La ciencia y la tecnología como cultura (KREIMER. 2007). Construcción Teórica El descubrimiento ha sido desde siempre el motor de marcha de la gran aventura intelectual del hombre, a partir del cual la construcción del conocimiento científico y tecnológico ha tomado diversos caminos y estrategias, dando respuestas a innumerables necesidades y conflictos, permitiendo al hombre asentarse en la realidad en un continuo devenir conciente e inconciente. El conocimiento ha permitido progresos inconmensurables, colocando al hombre en el centro de caos constante que en algunos casos ha evolucionado en una retroalimentación positiva, provocando una posición superadora y en otros casos ha evolucionado en una retroalimentación negativa regresando al punto inicial o peor, a posiciones primitivas con pérdidas extremas. Este conocimiento conquistador que permite el control de una buena parte de los dominios del Universo, es el mismo que puede aportar sojuzgamiento a la humanidad. El propio conocimiento es hacedor de poder, de cuya concentración dependen las ventajas o desventajas para la sociedad generando manipulaciones económicas y políticas que dejan librados al azar los destinos del propio conocimiento y de quienes se benefician de él. En este sentido cabe pensar, de una vez por todas, que el posicionamiento del conocimiento, ejemplar en algunos casos y maquiavélico en otros, es de alta ambivalencia y que su valor es cero si la construcción del mismo no se realiza complementariamente con su utilidad social. El conocimiento logrado por el hombre ha sido cada vez más especialmente construido, y esa construcción fragmentada por su dominio y especialización ha provocado la disyunción del conocimiento mismo y ha reducido la comprensión de ciertos problemas, que a la luz del pensamiento complejo de hoy solo podrían dilucidarse en un amplío reconocimiento disciplinar. A partir de estas últimas reflexiones resulta necesario abordar la cuestión del derecho a la ciudad enraizado en una sociedad, en una cultura y en un tiempo histórico. La cultura define una visión del mundo en una época histórica y en un territorio específico. Por tanto será la propia cultura la que recorte y perciba "lo real" del derecho a la ciudad. Lo que se quiere poner sobre la mesa hoy, es la aparición de nuevas estructuras de pensamiento, producto de una visión compleja de la realidad, alimentada por el pensamiento mutante y mutado que abre una perspectiva integradora al momento de construir el conocimiento vigente en la actualidad. La construcción del conocimiento está tenido entonces de un dinamismo propio de un problema complejo que apuesta a la interacción y al caos para alcanzar un orden superador.
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