El derecho a la ciudad y la vivienda : Propuestas y desafíos de la realidad actual: XIII Encuentro ULACAV; V Jornada internacional de vivienda social

En la nueva visión, que infinidad de casos vienen mostrando y demostrando (en América Latina y en el mundo), la vivienda no sólo puede ser un producto a apropiarse o consumir, sino que puede ser un proceso, en que se satisfagan otras necesidades básicas que la pobreza contiene, y en la que la necesidad de vivienda pueda no ser la primera dentro del cuadro de necesidades prioritarias. Otras necesidades, otras prioridades. En el caso específico argentino, hemos visto en las 4 últimas décadas descender y sumarse a las poblaciones marginales urbanas (estructuralmente pobres), a millones de habitantes que fueron quedando por debajo de la linea de la pobreza, población expulsada del sector formal de la producción, desplazada física y legalmente de la ciudad, buscadora de salidas alternativas al sistema imperante, generando expresiones sociales inéditas, como el trueque, empresas, ollas populares, y en algunos casos manifestaciones más combativas como los "piquetes" o "cacerolazos". Sin poder ser desplazada la necesidad de un cobijo básico o un lugar estratégico y seguro dentro de la ciudad a los fines de la supervivencia, la necesidad de trabajo se transforma aquí en una de las necesidades prioritarias. De éste modo, los que venimos trabajando durante años sobre los asentamientos marginales urbanos, hemos debido replantear estrategias habitacionales y tecnológicas donde, considerando una comprensión integral de la problemática social y estructural de la pobreza, se ponga énfasis también en lo coyuntural de un pais, con su aparato económico desmantelado e improductivo. En esos términos, nuestro país está en condiciones de clausurar una etapa de su historia, signada por el profundo deterioro de la economía y la calidad de vida de sus habitantes, e inaugurar un proceso de crecimiento con equidad. Esto conlleva a insertarse plenamente en el orden mundial contemporáneo asumiendo el comando de su propio destino. Dentro de las distintas políticas públicas propuestas por los ámbitos académicos y analíticos de la Argentina, el Plan Fénix, planteado desde hace más de una década por economistas provenientes de la Universidad de Buenos Aires, se muestra como una propuesta que no sólo mantiene su vigencia sino también recobra importancia a la luz de la experiencia macroeconómica de los últimos años. Se sientan así las bases de un proyecto nacional, orientado al desarrollo y a la distribución equitativa de la riqueza entre todos los argentinos, cuyos objetivos son la afirmación de su identidad, el surgimiento como nación soberana, la integración a la comunidad latinoamericana, honrando las raíces de su historia y proyectando un futuro no para una minoría, sino para el conjunto de sus habitantes. En este sentido el cambio parece marcar una tendencia que va generalizándose cada vez más. Dentro de las preocupaciones por los problemas de la pobreza, la solución al problema de vivienda no pasa por una cuestión exclusivamente política o tan sólo tecnológica. Pueden descubrirse coincidencias en este sentido al observar otras experiencias y búsquedas en el mundo, relacionadas con el hábitat. La necesidad de trabajo, de medios de subsistencia, de seguridad en la tenencia de la tierra, son cuestiones que preceden la problemática de la vivienda, y deben ir unidas a otras necesidades básicas, no solo vinculadas a cuestiones materiales. La simple provisión de viviendas, llamada en nuestro país "vivienda llave en mano", para los sectores más carenciados, debería ser un asunto del pasado. Nuevos escenarios, nuevos valores, nuevas alternativas. El programa integral presentado plantea una forma alternativa de producir el hábitat popular, ello supone convocar principalmente a nuevos actores y algunos de los ya conocidos, con nuevos y calificados roles. También implica considerar nuevos valores, en algunos casos opuestos a los ya incorporados culturalmente por nosotros, por ejemplo la capacidad organizativa de los sectores populares, la capacidad de respuesta en el reintegro de dineros prestados, la solidaridad y capacidad técnica de las organizaciones intermedias como las ONGs, el compromiso y capacidad de coordinación para los acuerdos y acciones planificadas por parte de los distintos actores sociales, la factibilidad de generar nuevas tecnologías de gestión que permitan la participación y el concurso de sectores populares en la selección de decisiones colectivas, etc. Esto supone una comprensión diferente de la producción social del Hábitat. Significa básicamente, relaciones horizontales, más democráticas y participativas, modelos de inclusión social, donde la eficiencia conviva con la eficacia en alcanzar objetivos sociales. La posibilidad de Transferir. Saber hacer y hacer saber. Cada aspecto o componente del programa integral se ha desarrollado, probado y verificado a lo largo de varios años. Programas de crédito, nuevas formas organizativas, sistemas constructivos apropiados, métodos y técnicas de

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