El derecho a la ciudad y la vivienda : Propuestas y desafíos de la realidad actual: XIII Encuentro ULACAV; V Jornada internacional de vivienda social

Políticas de vivienda para el problema residencial de las personas mayores: el caso de Cataluña Autor: Jorge Bosch Meda; jordi.bosch@coac.net; jordibosch28@hotmail.com; Dirección General de Vivienda, Generalitat de Cataluña. Barcelona, España. ASPECTOS GENERALES DEL PROBLEMA DE LA VIVIENDA ENTRE LA PERSONAS MAYORES El objetivo de que todos los ciudadanos dispongan de una vivienda digna es uno de los retos todavía hoy pendientes en nuestra sociedad. Cataluña no se escapa de esta problemática y, al margen de las ayudas que promueve la Administración en materia de política de vivienda, existe un segmento de población, formado especialmente por jóvenes, personas mayores, inmigrantes, parados y otras personas con una condición social problemática. que tienen serias dificultades para acceder a una vivienda adecuada y que por lo tanto viven en condiciones muy deficientes (situaciones de infravivienda, chabolismo, viviendas no adecuadas a sus necesidades, o en edificios casi ruinosos), o, sencillamente no disponen de alojamiento, o, en el caso de los jóvenes, retrasan su emancipación hasta poder disponer de los recursos económicos necesarios. De entre los colectivos más necesitados en materia de vivienda en Cataluña, destacamos el grupo de las personas mayores, fundamentalmente por tres circunstancias: el proceso de envejecimiento de la población catalana, las precarias condiciones socioeconómicas de la tercera edad y las necesidades tipológicas, sanitarias y asistenciales específicas que genera la paulatina pérdida de las facultades físicas y psíquicas que acompañan al proceso de envejecer. UN PROBLEMA EMERGENTE Y SILENCIOSO Probablemente. uno de los cambios más importantes que está experimentando la sociedad catalana es el envejecimiento de la población. La mejora de la esperanza de vida y, sobre todo, de la vida sin discapacidades ha hecho aumentar la autonomía residencial de las personas mayores. Hoy, la vejez es una larga etapa de la vida con un abanico de posibilidades mucho más amplio que sólo unos años atrás, circunstancia que indudablemente hay que valorar como un avance. No obstante, estas mejores expectativas están lejos de ser satisfactorias para un segmento considerable de las personas mayores catalanas. Los problemas de vivienda y las deficiencias asistenciales son, todavía hoy, unas rémoras demasiado extendidas en la tercera edad. En este contexto, la política de vivienda toma un papel esencial en las políticas públicas dirigidas a los más mayores ya que, sin garantizar este derecho, el resto de acciones sociales pueden perder toda su efectividad. Además, la opción de envejecer en su entorno es, a priori, la mejor solución, tanto para respetar la dignidad, voluntad e independencia de la persona como en términos económicos, si se contabiliza el gasto público asociado a los procesos de institucionalización. Las explicaciones del porqué de este problema de la vivienda en las personas mayores son varias. A nuestro modo de ver, el núcleo del problema es la nefasta combinación de pobreza y parque antiguo y deficiente que afecta a un muy amplio segmento de la vejez catalana. La extendida precariedad económica en la vejez y las limitaciones del actual sistema de pensiones son un obstáculo usualmente insalvable para muchos mayores que no tienen las necesidades residenciales cubiertas, ya sea por falta de vivienda o por inadecuación de ésta. Y, desgraciadamente, estos mayores con problemas de vivienda son muchos ya que, por motivos históricos y socioeconómicos. son muchas las personas mayores que viven en el segmento del parque residencial catalán más antiguo, degradado y deficiente. Por su parte. la política de vivienda catalana ha sido mínima -casi ha olvidado a los mayores-. ha tenido escasos efectos en la rehabilitación de un deteriorado segmento del parque y no ha constituido un parque de vivienda pública con un volumen suficiente para dar algún tipo de respuesta a las peticiones de los más necesitados. Además, la evolución de la legislación del alquiler, sin medidas económicas y sociales complementarias, ha tenido tres victimas: en primer lugar, los propietarios, que han ido sufriendo una imparable reducción de la rentabilidad del inmueble; en segundo lugar, el edificio, que, en paralelo, ha sufrido una degradación continuada debida a una comprensible falta de inversión; y, por último, los inquilinos, beneficiarios en un primer momento, ahora se encuentran con una vivienda degradada y deficiente y sin alternativas ya que, con los precios actuales. el acceso a la vivienda supone para la mayoría de los hogares de personas

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