El derecho a la ciudad y la vivienda : Propuestas y desafíos de la realidad actual: XIII Encuentro ULACAV; V Jornada internacional de vivienda social

En las últimas décadas se han estado produciendo transformaciones profundas en los patrones de la urbanización latinoamericana que imponen una revisión de la imagen que se tenía del sistema de asentamientos humanos y de sus antiguos modelos interpretativos. Los nuevos procesos de segregación plantean relaciones menos nítidas entre sociedad y espacio. Los programas y políticas sociales (tanto en materia de vivienda y desarrollo urbano como de empleo, educación, salud, desarrollo agropecuario, etc.) que se plantean usualmente no se articulan con las políticas sectoriales sino que se estructuran al margen de ellas, y están concebidos a partir de diagnósticos muy globales. Muchos de estos lineamientos no se reflejan en nuestras ciudades, ya que están caracterizadas por una fuerte segregación social del espacio urbano al que contribuyen las diversas políticas implementadas y la dinámica inmobiliaria privada. 2 Por ello, para detener el proceso de deterioro están apuntando al buen desempeño macroeconómico, compuesto por estabilidad y crecimiento y la aplicación de políticas sociales de dos tipos: universales, que den acceso a servicios básicos de buena calidad (salud, educación, vivienda) y programas específicos, dirigidos a los sectores más pobres de la población, con dificultad de acceso a las oportunidades que ofrece el crecimiento y las políticas de alcance general. Por lo que surge la necesidad de diseñar una "política integral" de desarrollo urbano local donde se articulen políticas habitacionales, políticas sociales, etc. En función del desarrollo local es que la gestión urbana puede ser definida como "el conjunto de procesos dirigidos a operar sobre la ciudad. Es una articulación de recursos (humanos, financieros, organizacionales, políticos, naturales) para hacer frente a la producción, funcionamiento y mantenimiento de la ciudad para satisfacer las necesidades de bienes de consumo individuales y colectivos de los distintos sectores de la población" (H. Herzer- P. Pírez 1994). Frente a esta situación, el planteo de un desarrollo local presenta un gran desafío, puesto que la pobreza acentuada y las altas polarizaciones sociales conforman un escenario que daña severamente las posibilidades de crecimiento económico sostenido, y al mismo tiempo afecta seriamente la gobernabilidad democrática en estos países. La falta de logros que mejoren la calidad de vida cotidiana de amplios sectores de la población genera la pérdida de credibilidad en los gobiernos democráticos. Por ello, como indica Kliksberg, es imperioso rediseñar el Estado, para facilitar y promover el desarrollo local. Se trata de trabajar directamente sobre sus estructuras organizacionales, eficientizar su gestión, incorporar técnicas modernizantes. Por otra parte debemos señalar la importancia del informe de 1996 del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo-PNUD, con relación a la participación social, donde se convoca a los gobiernos a promover formas más abiertas y transparentes de democracia y estilos de participación de la sociedad civil y de organizaciones comunitarias, a quienes considera cunas de la democracia auténticas. 2 La lógica inmobiliaria privada invierte donde el suelo urbano es de mayor valor optimizando la plusvalía, generando una homogeneidad social del hábitat, en función de la capacidad de pago de ciertos sectores de la sociedad, garantizándoles la controlabilidad del espacio público urbano mediante la jerarquización de dominios en verdaderos enclaves territoriales.

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