El derecho a la ciudad y la vivienda : Propuestas y desafíos de la realidad actual: XIII Encuentro ULACAV; V Jornada internacional de vivienda social
Esto por dos motivos: El primero, que compete a la ciudad, se refiere a que la recuperación de nuestras ciudades, debe iniciarse con la revitalización de sus cascos antiguos, cuna de las cultura e identidad urbanas, y esta reactivación pasa primordialmente por devolverle el componente humano, vital para los barrios. Pero este componente requiere de una condición: la diversidad social, cultural y económica. El segundo le atañe a la política habitacional que atiende a las familias de menores ingresos de la sociedad y que carecen de vivienda propia y digna. Para ello, es fundamental comprender que la vivienda es más que el objeto-casa; implica un entorno físico mediato y con él, el componente social, porque es propio del hombre vivir en sociedad, necesidad inherente como lo es el cobijo, entre otras. Con esto, se quiere promover el derecho de estas familias postergadas a obtener sus soluciones habitacionales en la ciudad, que puedan acceder a los servicios, equipamientos y beneficios que ofrecen los barrios tradicionales, que tengan oportunidad de insertarse en redes sociales consolidadas y sean parte del patrimonio cultural de la ciudad, y al mismo tiempo, conformen comunidades que creen redes sociales. Ambos postulados se entrecruzan en un mismo móvil para este proyecto, que no busca más que promover la vivienda para familias de escasos recursos como parte de las estrategias de la recuperación del casco central de nuestra ciudad a través de la utilización del Subsidio de Interés Territorial (ex-Renovación Urbana), para recuperar los barrios antiguos, donde las nuevas edificaciones no sean una amenaza a la tradición e identidad, sino, una oportunidad para revivir sus cualidades más esenciales, una renovación urbana de integración. Recogiendo las problemáticas anteriormente expuestas sobre la ciudad y la vivienda económica, se propone fomentar una renovación urbana de integración; integración en distintos ámbitos: • en el sentido de incorporar soluciones para familias de menos recursos, aquéllas interesadas en habitar en la comuna pero cuyos ingresos no les permiten acceder a las ofertas actuales del sector; • desde la intervención formal, a una escala que reconozca el entorno, y permita la interacción y desarrollo de la comunidad (reconociendo las escalas del sistema habitacional) y de ésta con el barrio. • Desde la gestión social y económica, como integración de actores. Es posible proyectar una vivienda digna, cuyo potencial sea el requerido para una familia que evoluciona, pero de la que se entrega una etapa inicial, una obra gruesa habitable, un contenedor de espacios conformados y funciones habilitadas (los que indica la normativa) y con una superficie a completar interiormente (crecimiento interior), en la medida que le sea posible por recursos a la familia en el tiempo, fortaleciendo el sentido de apropiación e identidad respecto a la unidad de vivienda. El conjunto pretende ser mucho más que una sumatoria de unidades; que reconozca el habitar colectivo que es tan fuerte en las familias que componen el "público objetivo" de esta propuesta, que se evoque el sentido de comunidad que se tejió en la antigua vivienda obrera y que por cuyo éxito se irradió a la clase media con la adaptación de los cités y pasajes. El Usuario-Habitante En un segmento socioeconómico en el que, por motivos de financiamiento de la solución habitacional, es imprescindible el entorno inmediato como la extensión de la vivienda, el espacio de esparcimiento que la vivienda en si misma no logra satisfacer, se vivencian mayores lazos entre vecinos que comparten un territorio que les es común. Se trata de familias que no cuentan con un servicio doméstico y por lo tanto requieren, de alguna manera, controlar el cuidado de los niños, la seguridad
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