El derecho a la ciudad y la vivienda : Propuestas y desafíos de la realidad actual: XIII Encuentro ULACAV; V Jornada internacional de vivienda social

De manera está que, los estilos en que se reparten las diferentes cuotas de poder determinarán la capacidad de gestión y autodeterminación de los grupos orientados por cuotas de poder simbólico (posición social), poder económico (posesión de bienes). poder político (capacidad de gestión y generación de marcos y espacios jurídicos apropiados), y de poder intelectual (dado por las destrezas y conocimientos para la generación y gestión de procesos de innovación). La relación entre "desarrolladores" y "desarrollandos" está marcada por las diferencias en el tipo de acceso a los tipos de poder descriptos. La manera en que se consensua o se negocia la satisfacción de las necesidades sociales determina el carácter de las operatorias en nombre del "desarrollo" Si bien no todas las asociaciones entre desarrolladores y desarrollandos están bien fundadas, nos detendremos en una de las formas de gestión consideradas más eficientes por los planificadores del mundo del desarrollo: la gestión participativa. La gestión participativa es una asociación asimétrica con la intención de lograr (o promover) una relación de simetría. La participación es la construcción de un espacio para el diálogo entre sectores con intereses comunes. Se establecen así, objetivos compartidos y metas para la solución de problemas. La participación de los sectores populares en la gestión de satisfactores a sus necesidades presenta dos formas generales. Por un lado, experiencias que vinculan o asocian a las organizaciones de pobladores con organismos públicos para la realización de programas o acciones del Estado; y por otro lado, experiencias en las que se produce una integración más intensa entre las organizaciones populares y los mecanismos de toma de decisiones. De manera que la gestión participativa no garantiza por sí la solución de las necesidades de los pobladores, aunque avanza en la manera de encontrar el camino para lograr los acuerdos necesarios. En nombre de la participación se han realizado (y se realizan) gestiones conducidas, sesgadas. orientadas por algunas de las lógicas dominantes, que encubren maneras legítimas de gestionar, peticionar, y construir soluciones duraderas al problema del desarrollo y la pobreza. Basadas importantemente en las relaciones con el sistema político, la participación popular requiere de organizaciones sólidas y de voluntad política municipal para abrir los espacios democráticos. Sin la convergencia de estas condiciones la participación es una relación efímera, aunque no garantiza su eficiencia. Es necesaria la incorporación de representaciones de los sectores económico e intelectual, que además de su aporte sectorial, libere posibles vínculos político- dependientes. Sin embargo, un rasgo particular de las experiencias participativas es su mayor vinculación con los ejecutivos municipales que con el resto de las representaciones colegiadas. Las experiencias participativas suponen así una compensación a la situación de subordinación de los sectores populares en la vida política local. Esta es una de las formas imperfectas de desarrollo de las capacidades de gestión que asume el nombre de clientelismo político o subordinación al poder político. Respecto de los beneficios alcanzados, muchas de las acciones de solución de la pobreza, de acción por los pobres está predominantemente orientada a la producción y transferencia de bienes y servicios. Este tipo de acciones implica una movilización económica considerable, que beneficia a aquellos sectores demandantes de los bienes y servicios, y que tiene consecuencias secundarias sobre otros sectores. Los efectos laterales son los beneficios empresarios que se generan, que constituyen una nueva categoría de beneficiarios (sectores de la producción, el comercio y las finanzas). Algunas formas de caridad, actividades ligadas predominantemente a grupos religiosos, son también una de las formas más frecuentes de redistribución hacia los pobres. Normalmente conducidas por personas voluntarias y generosas de su tiempo y sus bienes, intentan aliviar necesidades urgentes e inmediatas de algunos sectores carenciados. En general, son acciones de reducido impacto en la vida comunitaria, no sólo por la medida de las donaciones, sino también por los procedimientos, o maneras en que las donaciones llegan a los sectores necesitados. Aquello de "no le des pescado, enséñales a pescar" mantiene su renovado sentido para lograr la eficiencia y sinergia necesarias en toda acción de desarrollo. Sin embargo, existen algunos movimientos sociales organizados bajo el denominado movimiento del Tercer Sector, que canalizan 6

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