El derecho a la ciudad y la vivienda : Propuestas y desafíos de la realidad actual: XIII Encuentro ULACAV; V Jornada internacional de vivienda social
Medir qué necesitan los otros es un error común que no pocas veces termina en la incorrecta definición de satisfactores y en la provisión de bienes, que a menudo no cumplen la satisfacción de la necesidad que les dio origen. Las formas en las que son vividas las necesidades son en última instancia, subjetivas; y deben ser valoradas por quienes las sienten. Por ello, la participación de los "desarrollandos" es una cuestión de convergencia de voluntades que nos remite a una necesaria distribución de cuotas de poder por parte de aquellos que lo disponen. La correcta definición de los medios para la satisfacción de las necesidades detectadas, o satisfactores, dependerá de la necesaria participación de aquellos que padecen algún tipo de necesidad, y saben cómo resolverla. Es necesario resignificar el rol de "desarrollandos" que asumen nuestras comunidades pobres de sujetos pasivos, hacia una concepción proactiva que canalice expectativas. potencialidades y por sobre todo ideas y recursos de todo tipo para enfrentar la pobreza con acciones eficientes y creativas. Los problemas de la pobreza están instalados en nuestra sociedad y tienden a permanecer. El desafío actual ya no sólo consiste en enfrentar los problemas de la pobreza, sino en enfrentar la tremenda magnitud de los problemas. LOS "DESARROLLADORES" Es corriente escuchar, con tono crítico a las tradicionales políticas y programas de desarrollo: "...los sectores con mayor o con total disponibilidad de recursos y de poder de gestión se reservan las definiciones básicas de los problemas y de las soluciones así como la decisión sobre las estrategias para producirlas y la determinación de quienes son sus destinatarios, y en qué condiciones". (Víctor Pelli, 1997) Cuáles son las formas de poder dominante que lideran los procesos sociales? Las formas de poder corresponden a las lógicas que identifican y guían a los actores sociales. Detrás de las relaciones sociales se reconoce la lógica de los actores que las sustentan. Aunque las lógicas no son puras, en el sentido que pueden combinar acciones de otra naturaleza, la sectorización que se presenta está caracterizada por la lógica dominante de sus procesos de gestión y reproducción. Los actores que realizan procesos orientados predominantemente por una lógica de obtención de ganancia ostentan poder económico. Sus decisiones subordinan otras dimensiones de poder, aunque dependen de ellas. Muy vinculado al poder político, el poder económico lidera gran parte de las decisiones urbanas. Son los encargados de las finanzas y el comercio. Producen los componentes materiales de la ciudad: los bienes tangibles. Redes de infraestructura, construcción de edificios institucionales y comerciales, grandes conjuntos de viviendas, edificios para actividades escolares y de salud, son entre otras, sus atribuciones. Los actores orientados en función de la lógica política, tienen a su cargo las decisiones sociales a nivel de la comunidad. Son los delegados del mandato popular. Su función es regular la convivencia de los diferentes actores sociales, y de garantizar el funcionamiento de la ciudad y de asistir a la población en caso subsidiario. El fortalecimiento de las posiciones individuales está ligado a la obtención de consensos sociales. Así, el poder político se construye en relación a las alianzas que se realizan con los otros tipos de poder. La lógica del conocimiento, en sus diferentes formas (científico, técnico, ideológico) determina vinculaciones internas al conjunto social. Es tal vez, una lógica subordinada a las anteriores, en tanto no genera procesos autónomos de toma de decisiones y de acciones que involucran a otros sectores, sino en función de quien lo recepta. El poder intelectual se inserta en espacios diferenciados: académico, gubernamental y técnico-privado. Finalmente, las formas de poder simbólico que Bourdieu señala están vinculadas al poder de hacer de un grupo de personas. Propone la revisión de las maneras de cambiar el mundo (en relación directa al poder intelectual, pero también al poder político y al poder económico); y las operaciones prácticas por las que los grupos son producidos y reproducidos. 5
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