El derecho a la ciudad y la vivienda : Propuestas y desafíos de la realidad actual: XIII Encuentro ULACAV; V Jornada internacional de vivienda social

Ello ha significado la apertura al mercado global sin ningún tipo de restricción, generando la atracción de capitales multinacionales. Con ello la economía ha profundizado su proceso de terciarización, a lo cual se suma la reducción de los salarios y pérdida del poder adquisitivo del dinero. En síntesis se puede afirmar que el modelo de ciudad esta concebido en función del modelo de desarrollo y el modelo de desarrollo esta en función de una lógica general sobre el territorio, en este caso el territorio nacional. Bogotá esta bajo la dinámica que imprime el modelo capitalista, que con sus distintos ajustes y variaciones ha intervenido tanto el modelo de desarrollo, como el modelo de ciudad. Ese modelo parte fundamentalmente de reconocer un conjunto de población presente en el territorio disponible para poder atender las distintas actividades y las distintas lógicas que establece el mercado; por lo tanto, dentro de esa perspectiva el problema del modelo no se centra en resolver las problemáticas ni las necesidades al conjunto de la población, sino en disponer de los recursos que están en ese territorio, para poder fortalecerse, indistintamente de que todos puedan ser beneficiados o no. Por lo tanto, el modelo no está planteado como una alternativa para resolver las lógicas de segregación y exclusión de la ciudad, está pensado como un mecanismo que permita una mirada y una perspectiva desde un sector de la sociedad que concibe el territorio frente a unos fines específicos. El Modelo de ciudad basa su configuración sobre cuatro elementos de análisis: el territorio, la población, la política y el mercado. El territorio como escenario donde se expresan la segregación socio espacial, la expulsión de población de los territorios mejorados, y la especialización y usos del suelo urbano de manera rentística frente al mercado. La población sujeta a la satisfacción de sus necesidades, la resolución de la pobreza y la miseria, el acceso a condiciones de calidad de vida y de participación en el juego de la democracia. La política como reguladora de las relaciones entre lo público y lo privado, como determinante de la construcción social del territorio, así como la construcción y orientación del modelo de desarrollo. Y el mercado, entendido como la base fundamental del modelo de desarrollo, su materialización como modelo de ciudad y como determinante de lo público desde la orientación del mercado. 4. Dinámicas de mejoramiento barrial y de vivienda En América Latina hace 40 años no era admisible producir ciudad, hábitat o vivienda, a través del mecanismo de la autoproducción, pero hoy se ha convertido en una alternativa de "solución a la problemática urbana" por parte de los gobiernos locales. Sin embargo, las acciones que se impulsan y las intervenciones que se presentan no pueden ser consideradas un "regalo" o un "favor" que acometen los gobiernos a través de sus políticas e instituciones frente a la pobreza, y por el contrario es un derecho ganado por los moradores urbanos de más bajos ingresos en el aporte que han desarrollado desde su condición de exclusión en la construcción de ciudad. Desde esta perspectiva las dinámicas de mejoramiento barrial y de vivienda cada día juegan un papel más preponderante como instrumento técnico, político y social para el pago de la deuda social contraída con los habitantes urbanos. En el caso de la ciudad de Bogotá, los aportes del MIB en relación al modelo de ciudad son el reconocimiento de: la relación entre lo formal y lo informal; la centralidad desde donde se enfrenta el problema y que debe asimilar aprendizajes y cambios en el contexto; el bienestar de las personas como centro del problema; que es un problema que no va a desaparecer (agotamiento del suelo, déficit acumulado, dinámica migratoria); que se requiere construir mirada conjunta frente a la ciudad; que se ha de garantizar la sostenibilidad ambiental y económica; que la convivencia debe apuntar al desarrollo y no al control; la definición de las escalas de intervención que deben ser integrales y particulares a la vez; y, que el MIB debe integrar múltiples acciones. Los compromisos políticos e institucionales en la ciudad por parte del MIB reconocen: el carácter estratégico de los PMIB; los PMIB como articuladores de la dinámica de planeación urbana (incidencia del POT y Planes Maestros); el Programa MIB pensado a largo plazo y con la jerarquía necesaria; y, el PMIB como articulador de la política pública y las políticas del hábitat en la ciudad de manera incluyente. 7

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