El derecho a la ciudad y la vivienda : Propuestas y desafíos de la realidad actual: XIII Encuentro ULACAV; V Jornada internacional de vivienda social
La perspectiva de derechos en las políticas sociales y habitacionales en América Latina Raúl Femández Wagnerl UNGS 12007 1. Política social y política de vivienda. Breves notas históricas. La pobreza urbana -emergerá como cuestión socialmente problematizada- a partir del proceso de urbanización acelerada de las principales ciudades europeas, que traerá consigo pestes y crisis sociales, como resultado de las deplorables condiciones de vida en las ciudades, de las clases trabajadoras. La maduración del capitalismo industrial (que asoció mecanización y venta libre del trabajo) atravesaría crisis económicas cíclicas, propias del patrón de industrialización liberal. Estas crisis se conjugarán con la organización obrera y la extendida lucha social de fines del Siglo XIX y principios del Siglo XX. Será determinante la funcionalidad estructural de la fuerza de trabajo en la reproducción del capital, lo cual demandará progresivamente la intervención del Estado. Las políticas sociales surgirán precisamente de dicha contradicción. Sus inicios estarán dados por las primeras regulaciones del trabajo en el contexto del liberalismo del Siglo XIX. Las cuales fueron ejercidas mas como concesiones (a fin de contener la extendida protesta social) que como derechos, y muy lejos estaban aún de constituir garantías asociadas a la condición de ciudadanía (Pisarello G., 2001). Esto se dará recién con la consolidación de los primeros dispositivos de "seguridad social", los seguros de salud y los de pensión y vejez, de 1890. Aquí se sientan las bases de lo que Robert Castel (1997) denomina "Estado Social", y lo que para él constituye "... una mediación en el conflicto capital-trabajo ...". Recién con posterioridad de la crisis del '30, y los intentos totalitaristas de la 2da. Guerra, madurará el pacto entre capital y trabajo, en el marco del acuerdo Fordista-keynesiano, el cual avanzará legislando constitucionalmente hacia un sistema de derechos asociados a la condición de ciudadanía. Por encima de una política asistencial del Estado (destinada a los "inválidos" a quienes solo pueden subvenir las condiciones básicas de existencia con ayuda), se desarrollará un sistema de políticas sociales en tres dimensiones: a) una política del trabajo, b) una política de los servicios universales y c) una política de provisión pública de infraestructuras sociales. La política del trabajo, se corresponderá con la extensión del trabajo asalariado en el capitalismo industrial, desarrollando tanto regulaciones sobre los contratos de trabajo, como garantías sobre las irregularidades del ciclo económico (desempleo), y los riesgos individuales de la vida laboral activa (accidentes, enfermedad, vejez y muerte). La política de servicios universales, que ya tenía antecedentes importantes un siglo antes, a partir del Estado de bienestar (en Europa) alcanzará el carácter de verdaderamente universal asociado a una nueva definición de ciudadanía. Los sistemas educativos reforzarán así su carácter de socialización cultural e instrucción técnica al servicio del sistema productivo. Los sistemas de salud pública tendrán por su parte como función garantizar la higiene pública y la prevención de epidemias, mediante un mínimo accesible de prestaciones y cuidados sanitarios a los individuos. La política de provisión pública de infraestructura social (vivienda, abastecimiento de agua potable, saneamiento, transporte y seguridad) con antecedentes desde la segunda mitad del Siglo XIX cuando el Estado enfrentara las recurrentes pestes y epidemias, desarrollaría en nombre del higienismo, las primeras intervenciones en gran escala en el ambiente construido. En el contexto Fordista-keynesiano, una política sobre las condiciones de dotación y acceso de la población a las condiciones físicas del hábitat, serán un factor clave en la reproducción cultural y económica de los individuos, funcional al sistema productivo tanto sea en términos de "eficiencia de una fuerza de trabajo bien alojada" como sea en términos de salvaguarda de las inversiones en soportes durables y suelo urbano. Se reconoce a la política social -como la desarrollada en los países europeos en este momento- como un conjunto de intervenciones que la sociedad realiza sobre sí misma, mediante [2]
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