I Jornadas nacionales de Salud Pública: resúmenes de trabajos presentados

CANCER DE MAMA EN CHILE: UN PROBLEMA EN AUMENTO Ors. Etn<sto Medina, &,tulomé Marré, Miguel Y rurázawal, Luis Caris, Ana Muía Medina y A ida Kirsdibaum (Escutla de Salud Pública, Facultld de Medicina, Universidad de Chile) El cáncer de mama constituye un problema en Chile, tanto por su frecuencia Oas probabilidades de una mujer de la actual generación ele desarrollar un ~ncer mamario son ele más de 4 por ciento) como por el aumento en el riesgo de muerte que contrasta con lo observa, do en otras localizaciones neoplásicas; 1 partir de 1920, las tasas de mortalidad incrementan 4 veces mis que el aumento global del cáncer. En otras partes del mundo se ha demostrado que la mortalidad por cáncer ele mama se asocia inversamente a la natalidad. Entre nosotros este factor puede explicar buena parte de las diferencias observada., entre las regiones chilenas, entre tu cuales destaca'el elevado riesgo de las regiones V y Metropolitana. La correlación entre las tasas ele mortalidad del decenio 1970-79 ele las regiones y la natalidad del quinquenio l 94S-49, esto es 2S anos antes, alcanza a valores ele - 0,686. Los datos ele l . Pabst (370 cánceres mamarios y 109 controles) nos han permitido calcular que el riesgo relativo del cáncer de mama en mujeres sin hijos es de l. 76 en comparación con aquellas que han tenido familia (valor 1) y que las grandes multCparu (S hijos y más) tienen un riesgo equivalente a O,S 1 de las mujeres con menor paridad. Sin embargo. el aumento global del cánce r de marna en el país no se explica razona– hl~rnente QOr \111 deseen~ de la natalidad. fenómeno g_ue en Chile se inicló sólo hacia 1%S y que no ha durado suhciente tiempo como para incidir en el problema. Tampoco deriva de un aumento en la edad en que la mujer tiene su primogénito. La edad media en que la mujer tiene su primer hijo declina progresivamente en el país (26,4 anos en 1930 y 22,0 en 1978). El aumento del cÚleer de mama tampoco se explica por el envejecimiento poblacional (incre– mento ele las taw ajustadas por edad). La cerlificación de defunción ha sido hecha por mé– dicos en PfOporciones superiores al 90 por ciento desde l 94S. No hay evidencias en Chile que apoyen o contradipn el efecto de la mejor educación de la mujer o la mayor demanda de atención 1114!dica y no se aprecia un incremento significativo de los programas ele detección precoz de esta neoplasia. Durante muchos anos se ha sugerido que la dieta y la obesidad tienen importancia en la etiología del c,ncer ele mama lo que deriva de lu experiencia., en animales; de la fuerte correlación entre la mortalidad por clncer de mama de los países y la magnitud del consumo de pasas; del cambio dieh!tico, paralelo al incremento del riesgo, que se observan en inmigran– tes japoneses a Hawaii y EE.UU. continental. El mecanismo de acción que es complejo deri· varía del hecho que las mujeres obesas convierten el androstenediol suprarrenal en estrona (agente hormonal estr~nico identificado como el más importante en la producción de ctn– ceres mamarios y endometriales) con una tasa 4 veces superior a las mujeres no obew. Entre nosotros, la disponibilidad promedio de grasas y aceites en la dieta media de los chilenos ha su– bido de 65 caloría., en el decenio 1928-1937 a 246 calorías en 1978, aumento que es compati· ble con la hipótesis alimentaria. us radiaciones ionizantes aumentan el riesgo dado el incremento de la incidencia en sobrevivientes de Hiroshima , en mujeres tratadas con radioterapia por mastitis agudas post· parto, en mujeres irradiadas frecuentemente por TBC pulmonar y en mujeres sometidas a ma· mografía con dosis altu ele radiación. En el caso chileno cabria considerar la gravedad ele la endemia tuberculosa y el aumento ele los exámenes radiológicos que uciende de 1,2 exámenes por 100 habitantes en 1929 a 1S,3 en 1979, sólo en el Servicio Nacional de Salud. El incremento del dncer ele mama en Chile se observa particularmente en el grupo de mujeres postmenopáusicas que constituyen un 74 por ciento de los egresos hospitalarios y un 88 por ciento de las muertes, en el momento actual. Cabe considerar. finalmente, que el seguimiento de las cohortes de mujeres definidas según ano de nacimiento, revela que el au– mento del riesgo se observa en Chile a partir de las nacidas en 187S y hasta las nacidas en 191 S, grupo que revela hasta el momento actual los riesgos más elevados. Dichos riesgos declinan sistemáticamente en lu cohortes de mujeres nacidas con posterioridad huta 194S, grupo que en la actualidad sólo tiene 2S a/los. Finalmente. cabe setlalar que el índice de letalidad chlleno (relación entre defunciones y hospitalizaciones anuales) se mantiene estable en valores levemente fluctuantes alrededor de 33 por ciento entre 1930 y 1975, indicando que los actuales procedimientos no salvan mú vida., en la actualidad que en el pasado. Dicho índice es de 21 por ciento en las menores de S4 anos. de 36 por ciento en el grupo de SS-64 anos y de 58 por ciento en las de 6S anos y más. S3 1 • • '

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