I Jornadas nacionales de Salud Pública: resúmenes de trabajos presentados

Mediante análisis estadísticos se puede concluir que la estructura del estado nutricio– nal ha variado significativamente en el decenio estudiado. Se puede observar que en estas mues– tras había en 1969 un 27,39 por ciento de nifl os desnutridos y al final del decerúo sólo un 1S,02 por ciento, siendo muy bajos los porcentajes de desnutridos grado II y II en 1979. La Tabla No. 2 muestra los resultados de las asociaciones entre algunas variables socío– econórrúcas y biodemográficas y desnutrición infantil para los tres estudios. Los signos ( - ) y ( ,. ) indican que a mayor "valor" de la variable considerada, menor es el riesgo de desnutri· ción. De los resultados que se muestran en la Tabla, parecen esencialmente importantes como elementos predictores de desnutrición la calidad de la vivienda en término de su condi· ción estructural y el hacinamiento asociada a ella. Es decir, pareciera ser que el riesgo de desnu– trición es menor en las viviendas de mejor calidad. Asimismo, la estructura familiar es también un elemento importante. Los niños en los que los jefes de hogar tienen la condición de ''pa· dres" tienen menor riesgo que aquellos niños en que su madre tiene la condición de "madres solteras'' . Del estudio se desprende que la ocupación del jefe de hogar es también un elemento importante , ya que en la medida que es mejor su nivel, ello redunda en una protección mayor para el nii\o de 5 años. La escolaridad tanto del jefe de hogar como de la madre del nino ha aparecido asociada significativamente con la prevalencia de desnutrición. Es decir. a mayor escolaridad el riesgo de desnutrición disminuye. Es probable que el mejor nivel educacional influya a través de una asociación con otros factores (ocupación, por ejemplo) y con la capacidad para dar al nil\o una alimentación adecuada y con mayor higiene , dado el mejor nivel educacional , cultural y económico. Parece interesante el hallazgo de ausencia de asociación entre la desnutrición y la edad del padre, en tanto que si la tiene con la edad de la madre. En cuanto a ésta, parece más lógico que a mayor edad de la madre, la desnutrición disminuya , salvo que éstas tengan la condición de pertenecer a un grupo de menor escolaridad, como puede ser el caso del hallazgo en el estu– dio de 1974 y puede que la ausencia de correlación, en diferentes períodos, cea expresión de una asociación no lineal (en forma de U, por ejemplo) con desnutrición, donde las jóvenes y la de mayor edad tengan el mayor riesgo. TABLA No.! Di.,tribución de los nii\os KgÚl1 catado nutricional en los tres estudios IMONI (1969) ECEN(l974) BEBE(1979) Número Estado Nutrictonal (n = 1358) (n = 289) (n = 586) Total º'º º'º Sobre 3 D.S. 2,36 3,46 2 ,90 59 Entre 2 y 3 D.S. 4,93 4,84 3,41 101 Entre 1 y 2 D.S. 12,96 14.88 12.97 295 Entre 1 y 1 D.S. 52,36 63.67 65 ,70 l.280 Entre - 1 y - 2 D.S. 20,54 11,42 13,99 394 Entre -2 y - 3 D.S. 5,74 1,04 0,68 85 &jo -3 D.S. 1,10 0,69 0,14 19 TOTAL 100 100 100 2 .233 D.S. = Dosviaclonos S1andud 211

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