Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau
92 JACQUES MARITAIN inteligencia una potencia predeterminada por naturaleza a todos sus objetos de saber, no to- lera que nuestro entendimiento, para producir una obra perfecta sea donde sea, en el orden es- peculativo o en el orden práctico, deba ser in- trínsecamente determinado y desarrollarse como un injerto en él del objeto que hay que conocer o del fin que hay que alcanzar . Como tampoco en el ángel en el orden natural, no hay cualida- des elevadoras o de habitus en el intelecto car- tesiano. Hamelin hada notar con raz6n que una de las causas de la admiraci6n excesiva por el mé- todo en tiempos de Descartes --en ese instante en que el hombre moderno, para partir mejor al asalto del mundo, abandonaba los apoyos an- cestrales de la tradici6n intelectual-, era la ne- cesidad de justificar tanta confian,za reemplazan- do esos apoyos con un buen seguro contra el error . A decir verdad, no son solamente los auxilios Que procura la vía disciplinae, sino tam- bién y sobre todo el vigor interior de los habitua lo que se trataba de suplir con el éxito garantido del procedimiento y de la receta . De este modo el buen sentido bastará para todo. El negocio de las ideas claras es el Bon Marché de la Pruden- cia . Después de Descartes los precios subirÁn aún, :v esta hermosa facilidad ur.iversal dará lu- R-"'T a las más temibles complicaciones. Pero 11e- ré siempre gracias al método, o a los métodos, y no i\ la ralidad espiritm,1 que ennoblece el inte-
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