Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

TRES REFORMADORES 91 dos diversos de certidumbre . Así sucede justa- mente en el ángel en quien todas las certidum- bres de orden natural son de un grado único --del grado mismo de perfección de su propia inmaterialidad, y de su luz innata. El resultado, en Descartes, es la nivelación más radical de la11 cosas del espíritu : un sólo y mismo tipo de cer- tidumbre, rígido como la Ley, se impone al peh- samiento; todo lo que no cae dentro de este tipo hay que rechazarlo : exclusión absoluta de todo lo que no es"matemáticamente evidente, o pue- de ser considerado como tal. ¡ Conocimiento in- humano, porque ha pretendido ser sobrehuma- no I He aquí el principio, no sólo del brutal des- precio mostrado por Descartes respecto de las humanidades, del griego: del latín -"un hom- bre cabal no tiene mayor deber de saber el grie- g o o el latín, que el suizo o el bajo bretón"-, de la historia, de la erudición (a), de todo el in- menso dominio de los estudios. positivos y mo- rales, lo que enloquecerá más tarde a sus suce- sores al querer hacer una matemática de lo con- tingente; es el principio y el origen de la pro- funda inhumanidad de nuestra ciencia moderna. Por otra parte, el innatismo, al hacer de la ( _& ) "A<l 6 n , d i rll M&lebran c he, no •abla h il!tor i & ni ero_ nol ogta en e l p&ralao terrestre. ¿ Por q ué pr~tender s&ber mis que ~l ?". N o ol v idemos qu e en el siglo XVJI, que ~ ha querido ('ar~ t e ri1a r, a v&c:-eft, entt~ra.mente con el e111pfrt tu <"a r taiann, hombree con1n Saumalse.. P etau, Slrmo na, d u Cange, Mal vi116 n ,·nn•tlt utan la s lor la de la ~ru di<'l6n francesa.