Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

86 JACQUES MARITAIN ritus caídos. - ¡Preci{>itaci6n del juicio! Cuan- do ellos se equivocan (lo que no les sucede sino en función del orden sobrenatural), éstos ven en plena luz cualquier objeto, y su mirada com- prehensiva agota toda la realidad natural, y ven también, y no menos claramente, el lazo con- tingente y conjetural de este objeto con tal o tro, tal acontecimiento por venir, por ejemplo, que permanece obscuro para ellos. Y arrastra- dos por la malicia de su voluntad, no resistien- do más, extienden su afirmación más allá de lo que ven, y dan, baja la cabeza, entiendo que por una inconsideración voluntaria, su asenti- miento a aquello de lo cual no tienen la eviden- cia : ' 'eciens et volens non se detinet, sed judi- cat ultra quam potest" (a) . Tal, según Desear• tes, el hombre que afirma y juzga, a causa de una debilidad de su libre arbitrio, por un impul- so del cual su voluntad es la única responsable, y en cuanto libre, más allá de lo que advierte clara y distintamente. Guardadas las proporcio- nes, no se puede evitar notar una extraña se- mejanza entre esta psicología del error en el Angel caído y la psicología del error en nosotros según Descartes. Como consecuencia de esta psicología an- gélica, el filósofo exigirá un criterio de certi- dumbre tal, que n cada instante nos bastará (a) 1Nn 4e !! a.in !. Tboma., Cur~. 'J'h.. nl. . q . 11, die•. H . • · 4, n. xxn. r v1ve11, 1v páa. 811) .

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