Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau
84 JACQUES MARITAIN digno de la Ciencia I Y como no puede lograr- lo, se habría desesperado y confesado vencido por el Genio maligno, si no hubiese creído en- contrar en las certidumbres iniciales del "cogi- to" y de la prueba ontológica una argumenta- ción tan pronta y directa como la simple vista intuitiva, y si no hubiese creído también, al ha- cer el pensamiento de Dios y de la veracidad di- vina coexist~nte y coextensivo a todo el pro- greso del saber, al. poner al filósofo ba jo la ilu- minación siempre' actual de la idea de Dios, re- mediar la imposibilidad en que estamos, y a la cual él no se resigna, si nb hubiese creído t ener en el instante mismo en que hacemos una infe- rencia, recogida en un solo e indivisible pre2en- te, en el cual ningún aspecto de la memoria in- terviene, la evidencia actual y actualmente obli- gada de todas las conclusiones precedentemente establecidas que nos sirven de premisas. < No quivale esto a decir que, para él, el úni- co arquetipo auténtico y legítimo del Saber es el Saber angélico) El Angel no razona ni discu- rre, no tiene sino un acto de intelecto, que es a la vez ver y juzgar, ve las consecuencias no sucesivamente a partir del principio, sino inme- diatamente en el principio; no sufre la progre- siva actualización de saber que constituye el movimiento lógico propiamente dicho; si su pensamiento se pasea, lo hace por saltos intui- tivos, de acto perfecto en a cto perfecto, de ple- nitud inteligible en plenitud inteligible, se¡ún
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