Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

72 JACQUES MARITAIN cia, será necesario, al fin de cuentas, encerrar todo en nuestro espíritu, para que no tenga que recibir nada de afuera; encerrar todo en el hom- bre, inclusive Dios mismo; el hombre será la extrema punta evolutiva, donde logra la con- ciencia de sí una naturaleza, ella misma pensa- miento adormecido, en la cual Dios llega a ser. La gran "obra revolucionaria salvaje, a par- tir del protestantismo hasta nuestros días" , pre- para así, como " el más bendito de los resulta- dos", el contrasentido puro y simple. No promete reposo a la razón sino en la con- tradicción, pone en nosotros una guerra univer- sal. Ella ha irritado todo, no ha sanado nada. Nos deja sin esperanza a nte los grandes proble- mas que, resueltos por Cristo y sus Doctores para la humanidad redimida, mi.entras ella fué fiel, han vuelto desde hace más o menos cuatro siglos a poner en tortura el corazón humano, como instrumentos de tortura angélicos.

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