Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau
18 JACQUES MARITA/N acci6n transitiva, recibir de otro, recibir de afue- r~, es puramente soportar, y esto es seguramen- te- contrario a la espontaneidad viviente, pues- to que se trata precisamente de cosas que no tienen vida ; incapaces de perfeccionarse a af m isma,, no son sine¡ lugares de paso y de trans- formación de las cnerg~as del universo. Pero en el mundo espiritual, recibir de otro, es ante to- do soportar sin duda, pero a título de condición presupuesta, y es ~sencialmente obrar, perfec- cionarse interiormente y manifestar la autono- mía de aquello, que es verdaderamente vivien- te. Porque lo propio de las Gosas espirituales ea no estar encerradas en su ser particular, y po- der aumentarse intrínsecamente del ser mismo de lo que no son ellas.. Si la ley del objeto, la ley del ser, se impone a la inteligencia, es por- que la inteligencia se per.fecciona a sí misma vitalmente en una acción que es una pura cua- lidad inmaterial, y en que eso mismo que cons- tituve lo "otro" como t a1, 1lega a ser su propia perfección. Y ~¡ la ley del Fin último, la ley del b ien, se impone a la voluntad, es para que el amor, al hacernos uno con el Autor de todo b ien , sea aún -según su ley, una ley que ha llegado a ser nuestra- nuestro más profundo y más íntimo fin por perse¡;1:uir. Este es el mis- terio propio de la actividad inmanente, "inte- riorización" perfecta, ~racias al conocimiento y al amor, de lo que es "otro" o de lo que viene ~e " otro" fuera de nosotros,
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