Tres reformadores: Lutero - Descartes - Rousseau

MARIO FEHHECCIO PODEsri TRES REFORMADORES Máa intelectualista que Escoto, en lo que se re- fiere al conocimiento, es mucho menos intelec- tualista que él, respecto de la acción. De la vo· luntad depende el "uso" de nuestra actividad; y todo nuestro movimiento hacia nuestro Fin último, de suerte que es por ella, no por nues- tra inteligencia, que nos llamamos "buenos" o .. malos" pura y simplemente. Es la voluntad la que, por su libertad, por su indiferencia do· minadora con respecto a todo bien creado, hace de nuestra alma un cielo cerrado, que sólo Dios puede mover, y donde penetran solamente la mirada de Dios y la mirada sacerdotal de Cris- to. Finalmente, de ella y de su rectitud general imperpuesta, depende la verdad del conocimien- to práctico mismo, que lo regla en cada caso concreto y singular : porque, no teniendo la in· teligencia por objeto directo sino lo universal. puro objeto de especulación, no puede juzgar bien respecto de lo que "hay que hacer", de lo singular y de lo contingente, sino por orden de la recta inclinaci6n de la voluntad ; la verdad del intelecto práctico, que consiste en "dirigir" y no ya en "conocer", se entiende, no ya en conformidad a la cosa, "per conformitatem ad rem" , sino en conformidad al recto apetito, "per conformitatem ad appetitum rectum" , de donde se desprende que en el orden de la conducta y del conocimiento de lo singular "operable", la voluntad, según la palabra· de Cajetan, pliega la inteligencia a su grado, y que el juicio prác·

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